Pros y contras

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Mientras las calles se pueblan de mil culturas, seguimos atrapados en la ignorancia. No sabemos cómo responder a los retos de la diversidad. Demasiados salvadores

Llegada de los últimos evacuados de Afganistán  a la base de Torrejón.

Llegada de los últimos evacuados de Afganistán a la base de Torrejón.

Emma Riverola

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La desesperación salta muros, supera fronteras, cruza mares. También aterriza en aviones. Hemos visto la tragedia de Afganistán en los rostros de los recién llegados, en las historias de los que han conseguido huir, también de los que siguen anclados allí. Todo ello ha despertado nuestra solidaridad, nuestra responsabilidad. Pero son una excepción, lo sabemos. En nuestros mares, cada día, siguen muriendo personas que tratan de alcanzar nuestras orillas. También ellas arrastran historias tan espeluznantes que parecen invivibles, pero ya no queremos oírlas. 

La victoria talibán va a retumbar más allá de sus fronteras. Se teme un rebrote del terrorismo integrista. Sabemos lo que eso significa. Muerte, miseria y multitud de personas tratando de huir de la barbarie. De algún modo, todo ello estallará en nuestras calles y habrá quien pretenda obtener réditos. La ultraderecha rearmará su discurso excluyente, racista y clasista, pero no solo ella. Mientras las calles se pueblan de mil culturas, seguimos atrapados en la ignorancia. No sabemos cómo responder a los retos de la diversidad. Demasiados salvadores. Demasiadas voces que gritan libertad y se olvidan de escuchar. Al fin, otro modo de ejercer la opresión. 

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