Editorial

El 'procés' es una camiseta a un euro

Vender por un euro las camisetas del 11-S de 2020 a quien compre la de este año, como hace la ANC, constituye la más perfecta alegoría del procés que alguien pudiera imaginar: esto se derrumba

La ANC presenta las movilizaciones que prepara para la Diada y el 1 de octubre

La ANC presenta las movilizaciones que prepara para la Diada y el 1 de octubre / ACN / ARNALD PRAT

Albert Soler

Albert Soler

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Vender por un euro las camisetas del 11-S de 2020 a quien compre la de este año, como hace la ANC, constituye la más perfecta alegoría del procés que alguien pudiera imaginar: esto se derrumba. Estamos de rebajas, y ya que lo nuestro ha sido un completo fracaso, intentemos por lo menos mitigar las pérdidas, venga señora, llévese cinco camisetas por dos euros y encima le regalo esta estampita del Vivales, mano de santo contra el reúma y las almorranas. La extraordinaria oferta de dos camisetas del 11-S casi por el precio de una ha sido lanzada al mundo por la sección gerundense de la Asociación Nacional del Rifle de Cataluña (ANC), uno está por convertirse en lacista solo para aprovechar tal oportunidad. No me ha faltado más que me envolvieran todo el paquete con la portada del 'Punt-Avui' de octubre de 2017, que proclamaba Catalunya un nuevo Estado, con asiento en la ONU aunque fuera de gallinero.

Si todo eso no es una liquidación por derribo, debe de serlo por defunción del dueño, defunción política, se entiende, porque el Vivales sigue viviendo, y vaya vidorra se tira, en Waterloo. Va siendo hora de sacarse de encima todos los trastos que huelan a lacismo, que ocupan mucho espacio y ya hemos visto su utilidad. La ANC va a terminar llamando a los de Reto a la Esperanza para que les vacíen gratis los locales, y allá ellos con las camisetas, como si hacen con ellas trapos de cocina. En Girona somos así, no nos duelen prendas a la hora de reconocer fracasos, igual que regalamos camisetas patriotas, hace unos meses unos chalados desistieron de cortar cada noche una calle -copiando a los de la barcelonesa Meridiana- reconociendo en nota de prensa que lo dejaban por falta de personal, ni siquiera se buscaron una excusa, para qué. No es raro que un paradigma del fracaso como Presidentorra haya sentado aquí sus reales.

Lo que ignoro es qué interés tiene una camiseta del 11-S del año pasado, de hecho no sé qué interés puede tener siquiera la de este año. Tal vez haya quien las colecciona y le falta precisamente la de 2020. En ese caso, cabe aplaudir la iniciativa de la ANC que, como Panini con los cromos de futbol, pone a disposición de los chavales lo que les falta para acabar la colección, qué más da la camiseta de 2020 que el cromo de Paco Fortes. Los asiduos a los 11-S, aunque de chavales tienen más bien poco, deben de reunirse los domingos en algún mercado de segunda mano para cambiar camisetas. Los imagino dentro de un tiempo, empujando un carretón a rebosar de camisetas repes, intentando conseguir la del 11-S de 2083, aquella que ponía “Ho tenim a tocar, ara de debò, us ho juro!”.

No es por dar ideas, pero ya que se trata de sacar dinero de las derrotas, la ANC podría añadir a la oferta camisetil del euro, la clásica frase “y la voluntad”. Me barrunto que la voluntad en la tropa lacista es ya más bien poca, y menos que va a haber en un futuro, pero todavía puede picar algún incauto. El timo de las camisetas funciona porque a las manis ya no basta ir con una trenca y una pancarta hecha en casa. En las manis lacistas te dicen como debes vestir (y te venden el vestuario), qué debes gritar y cómo debes moverte, todo lo cual demuestra cuán espontáneo es todo el 'procés', surgido “de abajo a arriba”, como gustan de repetir. En realidad, lo único que va de abajo hacia arriba son los dineros, sea en camisetas, en carnets de la republiqueta o en cajas de resistencia.

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