El destino de Mbappé

Nada ilusiona al madridismo tanto como el fichaje de Mbappé. En las últimas horas se analiza cualquier gesto, por mínimo que sea, del jugador francés, con la ansiedad de descubrir si puede ser revelador de su futuro inmediato. 

En el entrenamiento del día saltó rezagado y se mantuvo durante unos minutos lejos de sus compañeros. Señal inequívoca según algunos medios, de que Kylian está triste y esperando el desenlace a su favor. ¿Qué no acude al cumpleaños de Ander Herrera? Significa que su cabeza ya no está en París sino en el Bernabéu. Y así cada día de los próximos diez. Divertido pero poco relevante.

Mbappé está cumpliendo su parte de la estrategia. Quiere jugar en el Real Madrid y para ello rechaza renovar con el PSG, pudiendo negociar con quien desee a partir del 1 de enero de 2022. Presiona internamente y hacia fuera se mantiene en silencio a la espera de la decisión del dueño del club.

El problema de Florentino

Y ahí está el problema para Florentino. ¿Con qué argumento debería ceder el dueño catarí del PSG para dejar salir a Mbappé rumbo a Madrid antes del 30 de agosto? ¿Qué si no cede el jugador se irá libre dentro de un año? 

No parece ser el dinero el argumento más interesante para esgrimir en una negociación con el Emir de Qatar, Tamim Bin Hamad Al-Thani una de las mayores fortunas del mundo, a quien le preocupa poco no recuperar parte de la inversión que hizo en 2017 por el delantero francés.

Alzar la Champions es desde hace años la obsesión de Al-Thani, y de Nasser Al Khelaifi, el presidente que recibe impasible las acometidas de Mbappé en su despacho. Dejar marchar a Kylian renunciando a reunir a los tres mejores delanteros del mundo para asaltar la 'orejona' no parece razonable.

Si alguien conoce la frialdad del Emir ante los intentos de abandonar París, que le pregunte Kylian a Neymar, que hizo lo imposible hace dos veranos y no lo logró. De allí se sale con contrato terminado o no se sale. Las llaves de la 'cárcel de oro' están en Qatar.