Tribunal de Cuentas

Giró, en el ojo del huracán

Pese a todo, aguanta. Con valentía y tesón. Porqué si alguien tiene mucho que perder es precisamente él. Arriesga mucho, tal vez por muy poco

El conseller de Economía y Hacienda, Jaume Giró, interviene en una rueda de prensa posterior a una reunión del Consell Executiu.

El conseller de Economía y Hacienda, Jaume Giró, interviene en una rueda de prensa posterior a una reunión del Consell Executiu. / DAVIZ ZORRAKINO

Sergi Sol

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Jaume Giró es el reverso de las puertas giratorias. El paso de la alta dirección en el Ibex 35 a dirigir una 'conselleria' clave (Economía) en el Govern de una Generalitat que, tras la salida de Torra, parece recuperar un sentido de la harmonía que parecía haberse desvanecido.

Torra, por cierto, sigue en sus trece con su autonómica oficina de 'expresident', mientras el Govern de la Generalitat acomete retos inmediatos con los que Torra no supo lidiar. Entre otros, las polémicas por la actuación de la Brimo o las durísimas peticiones de cárcel contra manifestantes, solicitadas por el mismo Govern de la Generalitat. Una situación a todas luces esperpéntica que, ahora, Joan Ignasi Elena –que, como su apellido indica, brilla con luz propia- ha encontrado la manera de paliar con eficacia y sin aspavientos. Pero también todas las vicisitudes derivadas del proceso de responsabilidad civil –de millones de euros- contra los implicados en el 1 de Octubre.

Una situación que el Govern de Torra jamás acometió. Su Generalitat se mantuvo ajena. Hasta hoy, cuando el presidente es Pere Aragonès y el titular de Economía es Jaume Giró, el nombre sorpresa que desde la izquierda fue recibido tirando de tópicos, mientras la derecha española se cebaba también con su nombramiento. Sea como fuere la gestión del controvertido asunto, la decisión final del Institut Català de Finances de avalar los importes ejecutivos del Tribunal de Cuentas ha puesto a Giró en el ojo del huracán. Las querellas de la derecha zumbona llevan su nombre, también el del presidente Aragonès o el de Albert Castellanos (presidente del ICF) que, con su voto de calidad, resolvió que el ICF avalaría los importes para impedir el embargo ansiado por ese Tribunal de Cuentas que preside una exministra de José María Aznar.

Giró está descubriendo qué es estar en la diana. Y pese a todo, aguanta. Con valentía y tesón. Porque si alguien tiene mucho que perder es precisamente él. Arriesga mucho, tal vez por muy poco. Y eso también debería estar en su haber cuando valoramos su trayectoria y decisiones.

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