Pros y contras

Señores (con bigote) preñados

Los llamados 'emoji' funcionan igual que un lenguaje. Incipiente y escaso, pero lenguaje al fin, que en muchos casos arrincona la enrevesada sintaxis para una brillante economía de medios

Emoji de hombre embarazado

Emoji de hombre embarazado

Josep Maria Fonalleras

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La esencia del lenguaje es hacer posible una infinita cantidad de secuencias y combinaciones a partir de un número reducido de recursos. Hay nuevas palabras para describir nuevas realidades, pero lo que importa no es la novedad, sino la capacidad de establecer variaciones. Los llamados 'emoji' funcionan igual que un lenguaje. Incipiente y escaso, pero lenguaje al fin, que en muchos casos arrincona la enrevesada sintaxis para una brillante economía de medios. Dicen mucho en muy poco espacio y, por otro lado, admiten incorporaciones para acercarse a los escenarios contemporáneos.

Las novedades que llegan del mundo de emoticonos se centran, sobre todo, en el universo trans y en las definiciones del género no binario. Hay, es cierto, manos que encajan (múltiples opciones raciales), una pila gastada y un coral que representa la lucha contra el cambio climático, pero la noticia es la imagen de un señor preñado. De hecho, dos tipos de señores, o, de hecho, dos tipos de señoras que se han convertido en señores, si es que tal cosa existe, que parece que sí. Una versión con bigote y una sin él, de todos colores, con una barriga voluminosa y, eso sí, con la típica posición maternal de las manos sobre la barriga.

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