Pros y contras

La procesión de la pobreza

Más allá de las cifras, sin embargo, hay personas, hay niños, hay vivencias terribles, hay colas para tener una bolsa con comida, hay una desolación profunda, que se extiende y que aumentará

Pobreza y desigualdad a debate.

Pobreza y desigualdad a debate.

Josep Maria Fonalleras

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Un 26'3% de los catalanes son pobres. Y la pobreza infantil alcanza el 33%. Y uno de cada tres catalanes no puede hacer vacaciones y se quedará en casa todo el verano, una casa cuyo alquiler (o hipoteca) apenas puede pagar, y que será fría en invierno y tórrida en verano por culpa de la factura de la luz. Y, mientras tanto, el 20% de los más ricos tienen seis veces más que el 20% de los más pobres. Y podríamos seguir, con los datos más recientes de institutos y observatorios, que hacen cálculos y encuestas, análisis y previsiones. Más allá de las cifras, sin embargo, hay personas, hay niños, hay vivencias terribles, hay colas para tener una bolsa con comida, hay una desolación profunda, que se extiende y que aumentará, porque los estudios nos avisan que son números todavía inciertos e incompletos y que aún no se han incorporado a la procesión de la pobreza todos los que formarán parte del cortejo en estos meses que vienen.

Tomar conciencia del socavón es una necesidad colectiva. Mitigarlo, reducirlo al mínimo, no debe ser una hipotética promesa vaga, sino un deber cívico de primer orden. No es solo una obligación moral, sino también el dibujo de un escenario para la supervivencia de todos.

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