Ficción audiovisual

Mujeres reales ¿y de serie?

Con el aumento de reivindicaciones feministas, las principales plataformas de 'streaming' han programado un buen número de series de ficción protagonizadas por mujeres. Obras que ponen el acento en los cambios de roles femeninos que ha habido en la sociedad

Kate Winslet en 'Mare of Easttown'

Kate Winslet en 'Mare of Easttown'

Carmen Domingo

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Estamos de moda, las mujeres digo, no sé si es bueno o malo, a veces las modas se vuelven en contra, pero démoslo por bueno. El caso es que coincidiendo con el aumento de reivindicaciones feministas, las principales plataformas de 'streaming' han programado un buen número de series de ficción protagonizadas por mujeres. ¿Feministas? No siempre, pero sí, obras que ponen el acento en los cambios de roles femeninos que ha habido en la sociedad y para los que, claro está, buscan unas protagonistas -imperfectas en gran medida- que los representen. En definitiva, papeles que hasta ese momento habían protagonizado hombres -ellos bastante más perfectos que ellas- y que, oh sorpresa, parece que también pueden representar actrices.

De las primeras series en hacernos pensar que podía existir otro tipo de protagonistas fue 'Borgen' (2010). Ya desde el primer capítulo vemos cómo Birgitte Nyborg, la líder del partido moderado, entra en el Gobierno danés gracias a una coalición tras muchos sacrificios. Hasta aquí todo bien, una mujer que representa un papel que, aunque no se había dado en la realidad, resultaba verosímil. Sin embargo, al tiempo que asume el cargo de Primera Ministra se carga su vida familiar: acaba con su matrimonio y genera problemas de salud a sus hijos. Parece, estoy segura de hecho, que similar situación hubiera sido difícil de ser un protagonista masculino, que suelen estar desprovistos de familia; nunca pierden su vida privada en aras de la conquista del espacio público.

Luego llegó a nuestras pantallas 'Girls' (2012). El planteamiento podía hacernos pensar en una serie feminista, dirigida por una mujer, guionizada por una mujer, protagonizada por 4 mujeres, 4 mujeres jóvenes, 4 mujeres hablando de sus cuitas en Nueva York. Parecía claro que era una serie sobre mujeres más reales que las que en los noventa protagonizaron las actrices de 'Sexo en Nueva York'. Tal vez, la pega, que no es poca, es que casi toda la serie acaban hablando de hombres o de su relación con ellos… sin embargo no podemos negar el esfuerzo que Lena Dunham -alma mater del proyecto- hizo por romper con los estereotipos sexistas: los estéticos sobre las mujeres y su relación esclava con el cuerpo y los sexuales.

Más recientemente, dos series han llamado mi atención: 'Mare of Easttown' (2021), protagonizada por una flamante Kate Winslet, y 'Fatma' (2021), cuya protagonista, Burku Biricik, muy conocida en Turquía, lo es algo menos en nuestras fronteras.

En la primera, Winslet aparece tal cual es a sus casi 46 años, sin maquillaje ni peluquería que la haga aparentar menos años de los que tiene. De hecho, una de las anécdotas del rodaje es que tuvo que mandar a cambiar los carteles dos veces, porque le habían quitado las patas de gallo. Sin embargo, los medios todavía siguen sin evolucionar y la calificaron de vieja y gorda en algún titular. Una serie en la que, aunque es la policía de un pueblo, la trama reside en las relaciones humanas, más en concreto en torno a la maternidad. ¿Funcionaría del mismo modo una serie protagonizada por un policía preocupado por la relación que tiene con sus hijos? Dejemos la respuesta abierta y agradezcámosle a Kate, no solo esta serie, sino el pulso que lleva contra el sistema hollywoodiense desde hace años. 

Una protagonista muy diferente es la de 'Fatma': una mujer de la limpieza, Fatma Yilmaz, se ve envuelta en una serie de asesinatos mientras busca a su marido desaparecido. La serie no solo es una impecable vuelta de tuerca a un 'thriller', sino que tiene la habilidad de situarnos en un lugar que, por comentado, no siempre se ve tan claro: cómo las mujeres podemos ser invisibles, en este caso “ser invisible” juega a su favor. No puedo ser más explícita para no adelantar acontecimientos, pero, a mi juicio, es de lo más recomendable.

Ojalá viendo cualquiera de estas series, o de las que veremos en los próximos meses, nos empecemos a creer que, al menos en Occidente, la lucha por la igualdad de sexos empieza a estar de actualidad. Ojalá se convenzan guionistas, realizadores y, sobre todo, productores, de que esa igualdad pasa por creernos que es importante que no perdamos la mitad del talento disponible en personajes secundarios, sino que el 52% de la población merece ser reflejado en la parrilla, o sea, nos merecemos más protagonistas mujeres y los espectadores más dosis de realidad. 

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