Periodismo

De la confianza al compromiso

Sumarnos a The Trust Project no es más que actualizar nuestro compromiso con el periodismo profesional y con la credibilidad como base para ganarnos, cada minuto, la confianza de los lectores y, no es menor, de los anunciantes

Nueva redacción de EL PERIÓDICO

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Albert Sáez

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La vorágine digital, a la que los diarios hemos llegado tarde, nos ha puesto ante el espejo y nos ha obligado a preguntarnos por la esencia del periodismo. Es decir, ¿qué es lo que distingue un contenido periodístico de otro que no lo es? Dos grandes profesionales, Bill Kovach y Tom Rosenstiel llegaron a la conclusión que lo que separa un tuit de una noticia es la verificación. ¿Y por qué es tan importante? Pues porque pone en marcha una cadena de valor que permite convertir en una profesión la satisfacción de un derecho fundamental, el de la información. Un contenido es periodístico cuando ha cumplido una serie de protocolos antes de ser publicado. La información verificada es garantía de credibilidad y de independencia y, sobre estas dos columnas, se construye la base de las marcas periodísticas: la confianza. Aquello que nos genera confianza nos empuja al compromiso, al vínculo, sea intelectual, emocional o comercial. Muchos piensan que los grandes gigantes empresariales del siglo XXI han surgido gracias a la tecnología. Pero no. Se basan en la confianza y, cuando la traicionan, entran en barrena. 

Podemos decir sin equivocarnos que la confianza es la base de la relación de un periódico con sus lectores y usuarios. La confianza cuesta mucho de ganar y muy poco de perder. Una falsedad, un documento manipulado, una versión sesgada de un hecho, un fotomontaje, una falta de ortografía, una omisión, un dato inexacto, una declaración manipulada, … El más mínimo detalle puede provocar que los ciudadanos pierdan la confianza en un periodista o en un medio informativo. Por ello, el periodismo profesional ha desarrollado un catálogo de buenas prácticas a lo largo de su historia. Quedan, normalmente, recogidas en los libros de estilo o en los llamados estatutos de la redacción. El vendaval digital ha dejado obsoletos algunos de estos protocolos: la aceleración en la publicación de las noticias; la competencia por la atención del público con algunos actores no profesionales o con las propias instituciones y actores sociales; el déficit reputacional provocado por algunas formas de financiación a través de la publicidad; o la reducción del tamaño de las redacciones han provocado una crisis general de la credibilidad periodística, que se ha manifestado con diferente intensidad en cada marca. 

Para EL PERIÓDICO, sumarse a The Trust Project no es más que actualizar nuestro compromiso con el periodismo profesional y con la credibilidad como base para ganarnos, cada minuto, la confianza de los lectores y, no es menor, de los anunciantes. Nadie quiere leer un diario del que desconfía, pero tampoco nadie quiere anunciarse en un medio falto de credibilidad. Cuando el pasado jueves anunciamos en las redes sociales que habíamos recibido este sello de confianza periodística, algunos usuarios nos recriminaron los errores que acumulamos a lo largo de nuestra historia. Son de diversa gravedad. Ni nuestro estatuto de la redacción ni nuestra incorporación a The Trust Project nos liberan de los fallos del pasado ni nos eximen de reincidir. Pero les aseguran a ustedes que no tenemos remilgos en reconocer cuando nos equivocamos, que somos transparentes y que esos errores no son fruto de la desidia sino de la negligencia, de faltar al compromiso público que tomamos asumiendo estos códigos de buenas prácticas. Así que cierren los ojos, piensen en algún error nuestro que recuerden y entiendan que lo hemos reconocido y pedido disculpas. Y piensen, también, en los aciertos que son muchos más. 

La máxima expresión de confianza que puede recibir un medio informativo es la suscripción de un lector o usuario. El suscriptor paga por los contenidos antes que la redacción los genere. Es una confianza ciega, ex ante. El paso que damos incorporándonos a The Trust Project forma parte de nuestra estrategia de suscripción digital, que pondremos en marcha en septiembre. No es el único, ni quizás el más importante. Hemos puesto en marcha otras más decisivas que iremos explicando las próximas semanas: por un lado, la incorporación del análisis del comportamiento de los lectores en el día a día de la redacción, para acercar tanto como seamos capaces nuestra oferta informativa a su demanda, y, por otro lado, hemos renovado nuestros formatos, para utilizar todas las potencialidades del entorno digital. Vamos a pasar de producto a servicio para ganarnos minuto a minuto su confianza. De eso va el periodismo.