Retos urbanos

Innovar, implantar y escalar en Barcelona

Una ciudad que solo se dedica a resolver el día a día, sin tener una visión a 10 o 15 años vista, está imposibilitada para valorar adecuadamente las propuestas que surgen de la iniciativa privada

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Anna Gener Surrell

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El pasado 7 de julio se celebró en la sede del Col·legi d’Arquitectes de Catalunya un debate organizado por el ‘Barcelona UrbanTech Hub’, una plataforma que surge para conectar las nuevas tecnologías con el urbanismo, la arquitectura, la movilidad y la energía; elementos esenciales para el buen funcionamiento de las ciudades.

La iniciativa aglutina emprendedores, representantes de grandes empresas, profesionales independientes y mentes creativas en general, capaces de aportar soluciones para hacer frente a los inmensos retos que tienen las ciudades para devenir más sostenibles, más digitales y más cohesionadas socialmente. 

Este proyecto, que nace con la voluntad de liderar el futuro del urbanismo desde Barcelona, no puede ser más pertinente, pues en ningún otro momento histórico se ha reflexionado tanto en torno a las ciudades y a la necesidad de transformarlas para que sean capaces de proporcionar más calidad de vida y más oportunidades a sus habitantes. 

Las ciudades que tendrán un mejor desempeño serán las más capacitadas para innovar. Es decir, las que sean un lugar atractivo para el talento, tengan buenos centros de formación e investigación, cuenten con una buena conectividad (física, digital y social), y tengan la capacidad de ofrecer cosas al mundo, un aspecto que las dota del magnetismo necesario para atraer profesionales cualificados, empresas e inversiones. 

Barcelona cuenta con varios puntos fuertes y algunos puntos débiles, pero es innegable que nuestra ciudad cuenta con un impulso innovador notable, como lo acreditan sus 1.800 ‘start-ups’, algunas extraordinariamente exitosas, así como una masa crítica relevante de centros de innovación a nivel mundial.

Nos queda un largo camino por recorrer para ser una ciudad puntera en innovación, pero en el referido debate se convino que el problema de Barcelona no residía tanto en su capacidad para innovar, sino en la imposibilidad de implantar y escalar el resultado de la innovación que alumbra, a causa de la rigidez del marco legislativo, la lentitud de los trámites burocráticos y las dificultades de entendimiento con el sector público. 

En la mesa de debate del ‘UrbanTech Hub’ se evidenció que los actores que están innovando en nuestra ciudad se encuentran con muchas dificultades para implantar sus modelos disruptivos. Se detallaron varios ejemplos; las trabas administrativas para producir electricidad renovable, la ausencia de una planificación urbanística que dé cabida a los patinetes eléctricos o los cambios imprevistos en el marco normativo, sin que se haya producido debate alguno con la industria afectada. La gravedad no es tanto que se impide obtener un retorno económico al que heroicamente ha invertido en innovación, sino que priva a la sociedad de beneficiarse de esa disrupción. 

Cuando una ciudad no tiene un proyecto a largo plazo, cualquier iniciativa que se sale del guion es vista con incomodidad, simplemente porque no hay criterio para regularla ni gestionarla para que genere un impacto positivo en la ciudadanía. Una ciudad que solo se dedica a resolver el día a día, sin tener una visión a 10 o 15 años vista, está imposibilitada para valorar adecuadamente las propuestas que surgen de la iniciativa privada. 

En Barcelona estamos a tiempo; tenemos que construir un espacio de confianza entre el mundo público y el privado suficientemente sólido, que pase por el reconocimiento mútuo, la aceptación de que el sector privado necesita generar un margen industrial para poder sostenerse y el convencimiento de que la innovación y la generación de riqueza aportan valor para todos.

Consensuemos un proyecto de ciudad a largo plazo, que revise objetivos anualmente, y que tenga la flexibilidad suficiente para incorporar todas las ideas disruptivas que estén alineadas con los objetivos que se haya marcado la ciudad a largo plazo. No perdamos ni un minuto más; la capacidad innovadora de nuestra ciudad no puede esperar a implantarse, escalar y beneficiar a nuestra sociedad. 

(*) El ‘Barcelona UrbanTech Hub’ es una iniciativa del Institute for Advanced Architecture of Catalonia (IAAC), Tech Barcelona, Eit Urban Mobility y el Col·legi d’Arquitectes de Catalunya (COAC).

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