Pros y contras

Bienaventurada insensatez

Puedo dar fe de la justicia de los galardones a Toni Puntí y las librerías Vitel·la, que resumen el espíritu de muchas de las personas que aman los libros: la constancia y la insensatez

El periodista premiado Toni Puntí, en una imagen de 2016

El periodista premiado Toni Puntí, en una imagen de 2016

Josep Maria Fonalleras

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Este jueves se han concedido los premios del Memorial Pere Rodeja, en recuerdo de quien fue el alma de la centenaria Librería Geli de Girona. Hace unos años que el Gremi de Llibreters los otorga en reconocimiento a la dedicación de una librería y de una persona que hayan trabajado en el mundo del libro y en su difusión. Esta vez, el premio a la divulgación ha sido para el periodista Toni Puntí, "porque siempre està ahí" (un resumen espléndido de cualquier tarea profesional y vocacional) y para las librerías Vitel•la, de L'Escala y de Palafrugell, pensadas, regentadas y luchadas, si se puede hablar así, por Gemma Garcia, "porque son un plus de cultura, un latido sin freno".

Puedo dar fe de la justicia de ambos galardones, que, de hecho, resumen el espíritu de muchas de las personas que aman los libros: la constancia y la insensatez. Lo dijo Gemma Garcia en el acto de entrega: "Lo primero que me vino a la cabeza cuando me llamaron fue: me lo han dado por insensata". Insensatez que quizás "es la única manera de relacionarse con el oficio", porque implica coraje, ilusión desatada y voluntad de navegar sin miedo del tiempo tormentoso. Una insensatez llena a rebosar de pasión civilizadora.

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