Pros y contras

Tomarnos el pelo

Cuesta no ver en la convocatoria de un futurible referéndum un nuevo ciclo de derroche propagandístico y de inacción política

Pere Aragonès

Pere Aragonès / JOAN CORTADELLAS

Emma Riverola

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En la vorágine del ‘procés’ se prometieron metas inalcanzables. Ahora, Pere Aragonès habla de una cita ineludible: la convocatoria de un referéndum en el que pueda votarse sobre la independencia. Es evidente que la propuesta escapa de la Constitución, pero eso no es suficiente para invalidarla. Las leyes están para cambiarlas cuando hay una mayoría que aboga por ello. Otra cuestión es si existe esa mayoría contundente. Aquel 80% mágico cada vez está menos sustentado estadísticamente.

Los líderes del ‘procés’ prometieron lo inalcanzable y, ante cada adversidad, culparon del tropiezo a los que habían advertido de su imposibilidad. Con el derroche emocional de los primeros años se ganaron muchos adeptos a la causa independentista, pero también se perdieron posibles partidarios del referéndum que se negaron a comulgar con ruedas de molino. A nadie le gusta que le tomen el pelo y, menos, que le traten de traidor cuando solo pretende arrojar un poco de racionalidad. Cuesta no ver en la convocatoria de un futurible referéndum un nuevo ciclo de derroche propagandístico y de inacción política. Después de tanta prisa, el camino es más largo, más difícil. Sobre todo, si no se reparan los desprecios.

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