Apunte

Más que un Mobile

El salón de este año, aunque atípico, ha servido de estímulo y transición hacia la normalidad

Ambiente en el Mobile World Congress 2021

Ambiente en el Mobile World Congress 2021 / RICARD CUGAT

Agustí Sala

Agustí Sala

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No quisiera yo pecar de exagerado, pero el de este año ha sido más que un Mobile World Congress (MWC). Parece como si estuviera hablando del Barça. Pero creo que el símil no queda mal. Y no porque el salón haya batido récords de ningún tipo, que no es el caso, sino porque ha significado el retorno de una cierta normalidad -nueva, si empleamos la terminología del Gobierno--.

No será recordado por ser el que ha tenido más visitantes. Ni siquiera por ser el que más novedades ha desvelado. Aunque los organizadores, GSMA, hayan seguido con su tradición anual de demorar la difusión de datos de asistencia, apenas se habrá llegado a un tercio de los más de 100.000 visitantes habituales, si bien faltan por conocer cuántos han conectado en su vertiente virtual. Pero eso no es lo esencial en esta ocasión. Lo importante era que que se celebrara, aunque fuera más descafeinado.

Decíamos hace unas semanas que el Mobile de este año, tras la cancelación del de 2020 al inicio de lo que luego se convirtió en una pandemia con pocos precedentes, tenía que ser como una vacuna. Fue el primer gran acontecimiento internacional que se canceló por el virus y, tal como pretendía, ha sido el primero en regresar de la mano de su director general, John Hoffman, que más que representante de la organización, que también, es un auténtico vendedor del producto y, por extensión, de la marca Barcelona. Y, lo que es más importante, el Mobile, que ya era un banderín de enganche de empresas tecnológicas locales y de todo un ecosistema, ha traído 'spin-offs', como en su día fue el 4 Years from Now (4YFN), convertida hoy en una cita ineludible para las 'start-ups' y para los inversores.

De hecho, durante esta edición, se ha dado a conocer el lanzamiento de un nuevo congreso tecnológico, el Puzzle X, en el que Hoffman participa a título personal. Y más que pueden llegar. La ciudad tiene todos los elementos para conseguirlo. Basta con facilitarlo y aparcar estériles disputas políticas y preservar ese oasis que ha sido hasta ahora todo lo relacionado con la Fira.

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