Pros y contras

La ternura

Ante una imagen perversa del amor, hay razones para advertir de los peligros de la romantización, pero también para reivindicar un espacio para la ternura

Hallado en el mar el cadáver de Olivia, la mayor de las niñas desaparecidas en Tenerife

Hallado en el mar el cadáver de Olivia, la mayor de las niñas desaparecidas en Tenerife

Emma Riverola

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Después de 45 días de búsqueda angustiosa se descubrió el cadáver de la pequeña Olivia. Los detalles del hallazgo aún hacían más terrible el asesinato. Ante la conmoción, las redes se poblaron de pesar, solidaridad y rabia. Entre las muchas manifestaciones de duelo, apareció un dibujo que transformaba a las dos niñas en sirenas en el mar. Era un dibujo ingenuo, sencillo. Al instante, algunos creyeron ver en esa representación una romantización insoportable del asesinato de las niñas. Tesis que fue refutada sarcásticamente por otros. Y así fueron creándose nuevas polémicas, en ese mundo digital tan amante de las broncas. No es una broma la denuncia de la romantización. A menudo, una imagen perversa del amor ha servido para justificar los peores abusos. Pero lo cierto es que la madre de las niñas utilizó esa imagen y la colocó de foto de perfil de su WhatsApp. Con el gesto bendecía los trazos del dibujo. 

Convertir la vida en un combate de posiciones es absurdo. Hay razones para advertir de los peligros de la romantización, pero también para reivindicar un espacio para la ternura. Y eso eran esas sirenas. Un espacio libre del monstruo. Un refugio de fantasía cuando la realidad es insoportable.

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