Pros y contras

Nos va la vida

La muerte del hombre de Sants era evitable, repiten las entidades sociales. Lo era, pero han fallado demasiados mecanismos. Falta una ley antidesahucios clara y garantista con la vida

La calle Bacardí de Sants, donde se ha suicidado un hombre cuando iba a ser desahuciado.

La calle Bacardí de Sants, donde se ha suicidado un hombre cuando iba a ser desahuciado.

Emma Riverola

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Lanzarse al vacío cuando sientes que lo has perdido todo. Lanzarse cuando ni siquiera el suelo que pisas te pertenece. El pasado lunes, en el barrio de Sants, un hombre se arrojó por la ventana ante la inminencia del desahucio. Su historia nos habla de soledad, de años de paro y de desesperación. De una desesperación absoluta. Insoportable.

A pesar del informe de Servicios Sociales, que acreditaba la alta vulnerabilidad del hombre y reconocía que cumplía los requisitos para acogerse a la moratoria de desahucios, el juzgado no lo entendió así y ordenó la ejecución. Era una muerte evitable, repiten las entidades sociales. Lo era, pero han fallado demasiados mecanismos. Falta una ley antidesahucios clara y garantista con la vida. Y falta una visión de protección global de las personas. Después de varios meses de bloqueo, PSOE y Podemos acercan posturas sobre la ley de vivienda. Parece haber acuerdos sobre desahucios y vivienda pública, y que se está desencallando el control de precios de alquiler. Debe superarse la visión puramente mercantilista. Estamos hablando de un derecho básico, y nos va la vida en ello. Aceleren, señores y señoras del Gobierno. Para algunos, ya no llegará a tiempo.

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