Ayuntamiento de Barcelona

¿Colau se hace socialista?

El discurso de la alcaldesa nada tiene que ver con el de hace unos años, hasta el punto que ante los empresarios se erigió en la paladina de la colaboración público privada en todos los terrenos

Ada Colau visita el barrio del Besós

Ada Colau visita el barrio del Besós / RICARD CUGAT

Joaquim Coll

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tras una década en que la política catalana ha ejecutado un delirante baile con espasmos, parece que la música de las cosas reales va abriéndose camino. ¡A la fuerza ahorcan! El encuentro del Cercle  ha marcado un punto de inflexión, tanto en cuanto a los discursos como en los gestos, aunque Pere Aragonès sigue sin superar la mala educación institucional hacia Felipe VI que exhibieron sus dos inmediatos predecesores en el cargo. Pero no solo respecto al rey, sino que se salta la clausura y, en lugar de quedarse para escuchar a Mario Draghi y Pedro Sánchez, se va a Waterloo a reunirse con el fugado. Mejor actitud tiene Ada Colau. No solo porque nunca ha faltado a esas jornadas, y el primer día estuvo en la cena de honor con el presidente de Corea del Sur, sino porque su discurso nada tiene que ver con el de hace unos años, hasta el punto que ante los empresarios se erigió en la paladina de la colaboración público privada en todos los terrenos. La idea que desde lo público se deben crear sinergias con el mundo privado a favor de la ciudad antes la tenía prohibida, pues había sido el santo y seña de los sucesivos alcaldes socialistas. Exhibió entusiasmo por Barcelona, abrazó economía y sostenibilidad, y a los asistentes también les dijo quería turismo. 

¿Colau se ha hecho socialista? Solo en parte o igual también porque no quiere cederle el protagonismo económico a Jaume Collboni, jefe de filas del PSC y teniente de alcalde. La alcaldesa polariza, tiene fans pero sigue habiendo mucho anticolauismo. Tras seis años en el cargo ya no es la misma y, afortunadamente, ha abandonado su inicial “no a todo”. Aunque en un asunto tan crucial como la ampliación del aeropuerto le cuesta asumir que no hay alternativas al proyecto de Aena, si se quiere que el Prat sea un 'hub' de vuelos intercontinentales. Sin ampliar las pistas, es imposible, y para el teletransporte de personas todavía falta mucho. Pero por lo menos ya no se opone y cuando habla señala que en el gobierno municipal de coalición sus socios están decididamente a favor. Es otro mérito del prudente, a veces en exceso, Collboni.