La UE, en evidencia en Bulgaria

La corrupción sigue gangrenando Bulgaria 14 años después de su adhesión a la UE, pese al sistema de tutela de la Comisión Europea

Las sanciones impuestas por EEUU a oligarcas y responsables políticos búlgaros corruptos dejan en evidencia la pasividad europea

El primer ministro búlgaro, Boiko Borisov.

El primer ministro búlgaro, Boiko Borisov. / -/European Council/dpa

Eliseo Oliveras

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El Gobierno norteamericano ha asestado esta semana un mazazo a la corrupción política y económica en Bulgaria, que deja en evidencia la pasividad mostrada por la Unión Europea (UE) respecto a la degradada situación búlgara y a la protección política de que disfrutaron desde 2009 los sucesivos gobiernos del hasta hace poco primer ministro, Boiko Borisov, por parte de la Comisión Europea y los democristianos alemanes de la cancillera Angela Merkel. La decisión de EEUU aspira a influir en las elecciones del 11 de julio a favor de la renovación. La Comisión Europea se limitó a indicar que las sanciones no tiene efecto en la UE y que no adoptará represalias.

El Departamento del Tesoro de EEUU, en aplicación de la Ley Global Magnitsky de Responsabilidad por los Derechos Humanos, sancionó el 2 de junio a dos oligarcas, Vassil Bojkov y Delyan Peevski, y al ex directivode los servicios de inteligencia búlgaros, Ilko Zhelyazkov, así como a un entramado de 64 compañías, por su "extensivo papel en la corrupción" y en "socavar las instituciones democráticas" del país. Las sanciones implican la congelación de los activos en EEUU de los tres individuos y las 64 empresas, así como la prohibición del cualquier banco, compañía o norteamericano de efectuar transacciones financieras, comerciales o de cualquier tipo con los sancionados y las empresas. EEUU ha vetado también la entrada en el país a otros tres excargos públicos búlgaros, Alexander Manolev, Petar Haralampiev y KrasimirTomov, y sus familiares, al igual que a Peevski y Zhelyazkov.

Bojkov, zar del juego y uno de los hombres más ricos de Bulgaria, vive huido en Dubai y financia el nuevo partido Verano Búlgaro. En los cables diplomáticos filtrados por WikiLeaks, EEUU lo vinculaba con el crimen organizado. Peevski, también con base en Dubai, es un magnate de los medios de comunicación a través de los que tutela la vida política. Ha sido diputado en sucesivas legislaturas por el partido de la minoría turca Movimiento por los Derechos y las Libertades y dispone de enorme poder en medios políticos, judiciales y económicos. Zhelyazkov está acusado de chantaje a políticos, sobornos y de traficar con pasaportes y permisos de residencia. También podría estar implicado en el espionaje a la oposición bajo Borisov.

Gangrenado por la corrupción

Bulgaria sigue siendo un país gangrenado por la corrupción y el crimen organizado, pese a la tutela especial ejercida por la Comisión Europea desde su adhesión en 2007. La corrupción le cuesta al país el 22% de su producto interior bruto (PIB) anual y la economía sumergida equivale al 37,8% del PIB, según informes del Parlamento Europeo y del Fondo Monetario Internacional. Bulgaria también se caracteriza por el control de la prensa por oligarcas y por la intimidación, la violencia y la persecución judicial de periodistas y medios críticos, denuncian Freedom House, Reporteros sin Fronteras y la Asociación Europea de Periodistas.

Borisov y su partido GERB, afiliados al Partido Popular Europeo (PPE), han jugado la baza de presentarse como la única garantía de estabilidad y contención de la influencia rusa, asegurándose la protección de los democristianos alemanes, pese a gobernar con la ultraderecha. Como contrapartida, Borisovha ha votado siempre fiel al PPE y ha evitado criticar a la UE, a diferencia de Hungría y Polonia.

La UE desaprovechó la victoria en las elecciones presidenciales de noviembre del 2016 del independiente reformista Rumen Radev, general del aire formado en EEUU, para acentuar la presión sobre Borisov. Por el contrario, el PPE y el establishment europeo denigraron a Radev como “prorruso” y mantuvieron su respaldo a Borisov, pese a su pasividad con la corrupción y el escándalo de la venta de pasaportes a mafiosos y oligarcas. La supresión en el 2019 de los límites a las donaciones a los partidos ha exacerbado la corrupción y socavado el pluralismo político a favor de los oligarcas, señala Freedom House.

La ola de manifestaciones desde 2020 contra la corrupción contribuyó al fuerte retroceso del partido de Borisoven las elecciones legislativas del pasado 4 de abril, lo que le impidió revalidar su coalición. Pero la fragmentación del voto impidió a la oposición formar un Gobierno alternativo y habrá nuevos comicios el 11 de julio. El presidente Radev nombró el 12 de mayo un gobierno técnico de transición, que está permitiendo que afloren nuevos datos sobre el espionaje gubernamental a la oposición, la corrupción, las extorsiones gubernamentales y la compra de votos.

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