Pros y contras

La apuesta federalista

Ante la involución que representa la ultraderecha se necesitan ideas potentes, ambición en la mirada y coraje

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado 19 de mayo. 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado 19 de mayo.  / EFE/ Fernando Alvarado

Si el Gobierno de Pedro Sánchez agota la legislatura, quedan poco más de dos años para la cita electoral. El camino será tortuoso y la derecha extremará su labor de desgaste. No se espera lealtad en la competición y sí raciones extraordinarias de crispación, acrecentada por la particular pugna entre PP y Vox.  

El apoyo firme de Sánchez a los indultos llega después de la contienda en Madrid y con el tiempo suficiente para calmar los ánimos antes de las próximas elecciones. El PP ha lanzado la caballería. Y Sánchez aprieta los dientes. Agachar la cabeza sería empezar a perder la batalla. Son muchos los que abogan por la tibieza como vía para ganar las elecciones. No estoy segura. Ante la involución que representa la ultraderecha se necesitan ideas potentes, ambición en la mirada y coraje. Entre todos los retos que España debe afrontar está la cuestión territorial. El encaje chirria y sus desajustes son utilizados por los nacionalismos excluyentes. La gestión de la pandemia desnudó sus dificultades. No es necesario inventar la rueda, la evolución necesaria del estado autonómico pasa por el federalismo. Son días de recuperación y osadía, pocos momentos serán mejores para la gran apuesta.