La nota

¿Tiempo de desempeoro?

Aragonès apuesta por negociar el referéndum con Madrid y Salvador Illa quiere liderar una oposición más pragmática. No vamos a peor

Pere Aragonès preside la primera reunión de su nuevo Govern

Pere Aragonès preside la primera reunión de su nuevo Govern / FERRAN NADEU

Joan Tapia

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Cómo captar lo que sucede estos días en Catalunya sin caer ni en el “buenismo”, ni en el optimismo de la voluntad. No me gusta lo de “hacia la resolución del conflicto”, ni “primer paso a la normalidad”, porque indican una dirección deseada pero no confirmada. Desconflictivizar suena a Freud. Descongelacón, peor. “El deshielo” estaría mejor, pero es el título de la célebre novela de Ilya Ehrenburg sobre la Rusia de Kruschev. Nada que ver con la rica Catalunya “procesista”.  

Lo contrario a empeorar es mejorar. Pero también se puede dejar de empeorar. Es el paso previo. Y “desempeoro” es, según Google, una conjugación del verbo coloquial 'desempeorar', no reconocido por la Academia. ¿Podemos decir que estamos en el desempeoro? No es ortodoxo, pero capta bien lo que pasa.

Por varias razones. Una, el Govern Aragonès apuesta por la mesa de negociación con Madrid para exigir la amnistía y un referéndum de autodeterminación. Es menos tremendista que el de Torra que boicoteó dicha mesa, para el que el autogobierno era un obstáculo a la independencia y que quería lograr el “momentum” para volver a la unilateralidad de 2017. 

ERC dice que el 51% no es suficiente para exigir la independencia. Vale. Y Aragonès ha nombrado 'conseller' de Interior a Joan Ignasi Elena, que fue alcalde socialista de Vilanova i la Geltrú y candidato a liderar el PSC contra Pere Navarro, Àngel Ros y Miquel Iceta, en 2011, tras la dimisión de José Montilla. 'Natius', así era conocido en el PSC, no recuerda en nada al 'conseller' Josep Dencàs del 6 de octubre del 34. 

Y JxCat, cuya candidata a la presidencia, Laura Borràs, predicaba la confrontación con Madrid, ha elegido de 'conseller' de Economia -una 'consellería' relevante- a Jaume Giró. Sobre Giró hay muchas opiniones, pero lo seguro es que no es un radical del culto a la confrontación sino un pragmático practicante de la negociación y el diálogo. Tanto en Barcelona como en Madrid. Conclusión, el Govern independentista de Aragonès, con los mismos socios que el de Torra, está mucho menos inclinado a la unilateralidad. Quiera culminar lo que quiera culminar.

Pero un país serio -la Catalunya catalanista quería serlo- no es solo su Gobierno. En Gran Bretaña el líder de la oposición -unos años Winston Churchill, otros Tony Blair- es una figura fundamental. Aquí últimamente no ha habido líder de la oposición porque Inés Arrimadas, que ganó en 2017 y quedó por delante de Puigdemont y Junqueras, se marchó a Madrid. Y su acto más sonado fue su viaje a Waterloo para protestar ante Puigdemont.

Este jueves escuché a Salvador Illa en el programa de Josep Cuní. Es otro mundo. Dijo que no daría a Aragonès ni cien ni tres días de gracia porque JxCat y ERC llevan gobernando, mal, desde hace cinco años, pero ofreció colaborar en dos asuntos clave, la lucha contra la pandemia y los fondos europeos de recuperación. Además, exigió una mesa de diálogo interno en Catalunya porque la mitad de los ciudadanos no vota independentista. El primer partido de la oposición apuesta mucho menos por la crispación.

¿Habrá diálogo? En campaña, Illa dijo que se bajaría el sueldo un 30% para igualarlo al del lendakari ya que la retribución del 'president' es más alta que la de Pedro Sánchez y de todos los presidentes autonómicos. Y el miércoles, en su primera entrevista en TV-3, Aragonès dijo que se lo reduciría un 15%. Al menos la diferencia de porcentajes no es abismal.

Y los indultos pueden hacer que el desempeoro suba de grado. Hablaremos el domingo.

Suscríbete para seguir leyendo