Las segadoras

No deberíamos rasgarnos las vestiduras por la versión de Els Segadors que interpretaron Magalí Sare y Manel Fortià, porque está muy bien que las tradiciones se renueven y que reciban la savia nueva de las nuevas generaciones. ¿Y quién dice que no había segadoras entre los segadores que se sublevaron el día de Corpus de 1640? ¿Y quién dice que no había mujeres entre los defensores de la tierra? Además, en Estados Unidos, por ejemplo, que de esto saben mucho, encargan el canto del himno, el día de la toma de posesión, a estrellas del espectáculo, como Beyoncé (Obama) o Lady Gaga ( Biden). Y no pasa nada.

Puede que, como dice Salvador Cardús, la actuación fuera "superafectada, como quien es abandonado por la pareja", puede que el himno nacional se pareciera el alarido de una ruptura amorosa, una exhibición de gorgoritos ornamentales, de chillidos, aullidos y lamentos que, por otra parte, están a la orden del día en el panorama musical del país. ¿Y qué? Yo no me quejo de que cambiaran la letra y que hubiera defensoras y segadoras, pero me parece que deberían haber ido más allá. Ya puestos, deberían haber hecho temblar a la enemiga, porque, como sabe todo el mundo, los enemigos eran femeninos.

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