Apunte

PSC y ERC, atrapados en sus tabús

Unos y otros deberían acortar el tiempo previsto para acomodar a sus votantes a la realidad

Salvador Illa, del PSC y Pere Aragonès, de Esquerra Republicana

Salvador Illa, del PSC y Pere Aragonès, de Esquerra Republicana

Jordi Mercader

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La solución de libro para salir airosos del laberinto creado por la intolerancia mutua exhibida por ERC y JxCat sería la formación de un Gobierno progresista sostenido por una mayoría absoluta de izquierdas. Es la única alternativa que ERC no contempla. El primer motivo cae por su peso: el mismo argumento que permite a los republicanos atribuirse la presidencia de un Ejecutivo independentista (Aragonès obtuvo unos votos de más que Puigdemont) les obligaría a aceptar un Gobierno de izquierdas presidido por Illa.

Hay más. Los republicanos son prisioneros de una falacia que ha dado vida a un tabú. Después de meses de atribuir al PSC el papel de partido de carceleros, obviando el funcionamiento de un Estado de derecho, y de pasar por alto que, de forma consciente, su único senador no votó a favor del 155 en el Senado, se entiende que ahora se les atragante gobernar Catalunya con ellos.

La demonización del PSC convive con el apoyo que ERC presta a Pedro Sánchez en el Congreso, justificado como el mal menor a que el Estado, que nada les importa, fuese gobernado por la derecha. En esta lógica a conveniencia, ERC valora como un acto de coherencia empujar a Catalunya al desastre de un inestable Gobierno en minoría o a la catástrofe de la repetición electoral, por no sentarse con el PSC.

Los socialistas viven también su contradicción particular con naturalidad. Los votos independentistas de ERC en el Congreso son buenos (e imprescindibles) para apalancar al Gobierno del PSOE-Unidas Podemos. Sin embargo, facilitar un Gobierno de estos mismos independentistas en Catalunya se valora como imposible, aunque tal vez no lo fuera tanto si se avinieran a investir a Illa como presidente.

La decadencia asoma la nariz y el miedo escénico a romper con los tabús autoimpuestos es un obstáculo insoportable. PSC y ERC deberían acortar el tiempo previsto para acomodar a sus votantes a la realidad. La formación de un Gobierno transversal de izquierdas necesita algo más que el entusiasmo de los 'comuns'.