Mas-Colell, dos y dos son cuatro

Mas-Colell, quien fue 'conseller' d'Economia, quien se inventó lo de los 16.000 millones de déficit fiscal catalán para rectificarlo al cabo de un tiempo, quien pasaba por ser el primer catalán seriamente candidato al premio Nobel, acaba de darse cuenta de que no existe ninguna ruta hacia la independencia de Catalunya y que Europa no la admitiría. Cuatro años después. Que todo un señor catedrático haya tardado cuatro años en darse cuenta de lo que un pelagatos como yo sabía desde el primer momento no habla muy bien del nivel de la universidad. Eso sí, pese a su innegable retardo, Mas-Colell va todavía por delante de quienes no se han dado cuenta de ello, ni aquí ni en Waterloo.

Debe de tratarse de un sabio despistado, de esos hay muchos, incluso cultiva ese aspecto. Debió de ver un día una foto de Einstein, con el pelo estudiadamente alborotado, y se propuso ser como él, si no en capacidad de análisis, que fuese por lo menos en peinado. Alguien tendría que haberle avisado de que el peinado einsteiniano no queda igual de bien en quien solo tiene cabello sobre las orejas y en la nuca, que así, más que parecer un sabio despistado, parece que le haya caído un calamar en la cabeza.

Estilismo aparte, es natural que un catedrático de economía no advierta lo que tiene delante de las narices, es gente que se pasa todo el día con números y cifras, tres por cinco quince, me llevo una, y entretanto lo puedes engañar con lo que te plazca, obligarle a hacer el ridículo sideral sin que se dé cuenta.

-Mas-Colell, deberías salir a denunciar que España nos roba 16.000 millones cada año y que la republiqueta está aquí, a la vuelta de la esquina.

-Mmm... sí, por supuesto, ahora mismo, cuatro por cinco veinte, me llevo dos...

Será que con los años el buen hombre se ha dado cuenta de que con el 'procés' ha ganado dinero todo el mundo salvo él, que andaba despistado con sus números. Aquí, quien no se ha aumentado a sí mismo el sueldo, ha colocado a un familiar en un buen cargo o dispone de una caja de resistencia para su disfrute privado, y mientras, el bueno de Mas-Colell repasa la contabilidad de los demás, siempre la de los demás, que va creciendo en tanto que la suya queda igual. Eso debe de cabrear, no es extraño que ahora denuncie que todo era mentira. Dos y dos son cuatro.

Suscríbete para seguir leyendo