Pros y contras

La factura de “la revolución dels somriures”

Una repetición electoral suena a burla, pero un gobierno en minoría también estará lejos de la estabilidad

Negociadores de Junts y ERC en la cárcel de Lledoners

Negociadores de Junts y ERC en la cárcel de Lledoners

Emma Riverola

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La idea de una nueva convocatoria electoral catalana planea en esta primavera extraña. La lógica augura un acuerdo de última hora, ya que parece difícil que Junts opte por quedarse fuera del control político, económico y mediático, le va la supervivencia. Aun así, durante estos casi tres meses, se ha dedicado a juguetear con ERC. Esa sempiterna arrogancia ideológica. Pero la acusación de traición cada vez es más soportable. La indiferencia ciudadana ha llevado a Pere Aragonès a anunciar su pretensión de gobernar en solitario. Junts, descolocado, anuncia que su apoyo ya no es gratis.  

En la hipótesis de una nueva contienda electoral, lo único indiscutible es que la promesa de independencia ya no sirve ni como lema electoral. ¿Cómo alcanzarla si sus líderes ni siquiera son capaces de llegar a acuerdos para gobernar? Una repetición electoral suena a burla, pero un acuerdo de último momento o un gobierno en minoría también estará lejos de la estabilidad. Hoy pagamos la fiesta de ‘la revolució dels somriures’. Ya no suena la música, pero cuesta reconocer su final y aterrizar en la gestión de los tiempos difíciles. Al menos, que se imponga cierta cordura. Catalunya ya no puede permitirse más extravíos.   

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