Reto social poscovid en la UE
Lograr una recuperación cohesionada, que no empeore la desigualdad social acumulada en la UE, requiere un refuerzo adicional del gasto público y una estrategia convergente a nivel nacional y europeo
Después de más de 14 meses de pandemia y de la recaída de la Unión Europea en la recesión desde el cuatro trimestre del 2020, el impacto social de la crisis es inmenso y los Veintisiete deben evitar que la reactivación agrave aún más las desigualdades
Eliseo Oliveras
La Unión Europea (UE) confía que el avance de la vacunación permitirá una recuperación progresiva de la economía a partir de este segundo trimestre. El impacto social de la crisis es enorme después de más de 14 meses de pandemia, agravado por la recaída de la UE en la recesión desde el cuarto trimestre del 2020 a causa de la nueva ola de confinamientos. En España, sin contar los 638.000 asalariados que aún están en suspensión de empleo en abril, hay 747.000 parados más que al acabar 2019 y otros 298.000 han dejado de buscar empleo, según el Ministerio de Trabajo y el INE.
Consolidar una recuperación cohesionada, que no empeore la desigualdad social acumulada, requiere un refuerzo adicional del gasto público y una estrategia convergente a nivel nacional y europeo. Pero algunas medidas planteadas agravarán esa desigualdad. La reforma del seguro de desempleo francés implicará a partir del 1 de julio un recorte del 17% de media del importe mensual recibido por los nuevos parados, perjudicando en especial a los trabajadores precarios. En España y Francia, la reforma de las pensiones también recortará su importe para los futuros jubilados. Y el vicepresidente de la Comisión Europea, ValdisDombrovskis, insiste en que los 750.000 millones del fondo de recuperación están condicionados a reformas ambiciosas.
Los líderes de la UE celebran este 7 y 8 de mayo una cumbre social en Porto (Portugal) para lograr una "recuperación inclusiva", pero la Comisión Europea ha tardado más de tres años en presentar su Plan de Acción del Pilar Social. La UE adoptó el Pilar Europeo de Derechos Sociales en la cumbre de Gotemburgo (Suecia) en noviembre del 2017 para frenar el explosivo malestar social por la política de austeridad y el avance electoral de la ultraderecha.
Crítica sindical
La Confederación Europea de Sindicatos apoya el plan de acción social, aunque indica que la propuesta de la Comisión Europea se queda corta por la falta de acciones adecuadas para combatir todas las formas de precariedad laboral, por la ausencia de compromiso para mantener las medidas de protección de urgencia y por las deficiencias del proyecto de salario mínimo, entre otros. Las medidas concretas son mucho menos ambiciosas de lo que proclama el texto declarativo, critican los sindicatos. La ampliación temporal de los beneficios del seguro de paro y la reducción de requisitos para percibirlo, adoptadas de urgencia durante la pandemia, revelan claramente los déficits del sistema de protección social en la UE, detalla un informe sindical.
Los economistas Olivier Blanchard y Jean Pisani-Ferry señalan que para lograr una recuperación que erradique las secuelas de la actual crisis es necesario un esfuerzo público adiciona lde apoyo a las empresas y de incremento del poder adquisitivo de la mitad de la población con menos ingresos. En el informe Una estrategia económica contingente para la próxima fase, que acaba de publicar la revista Le Grand Continent, advierten que el repunte espontáneo del consumo tras el fin de las restricciones podría no ser suficiente y que debe evitarse que se repita la caída significativa y duradera del nivel del producto interior bruto (PIB) que se produjo en Europa tras las crisis financiera. Las recomendaciones están centradas en el programa de reactivación de Francia, uno de los países de la UE que más fondos ha destinado a amortiguar la crisis, pero son extrapolables a otros países, en especial a España, uno de los que menos ayudas directas ha movilizado proporcionalmente.
El fantasma de la incertidumbre
Blanchard y Pisani-Ferry subrayan que "es mejor el riesgo de pasarse" con las ayudas públicas que quedarse corto y que se instale "un círculo vicioso de incertidumbre por el empleo y el estancamiento del consumo". Ambos avisan que la incertidumbre sobre el futuro pueden frenar el consumo y la inversión empresarial y que es imprescindible una expansión muy potente en la segunda mitad del 2021 para corregir con rapidez el impacto de la crisis y evitar una pérdida permanente del potencial de crecimiento.
Además de medidas específicas de apoyo a las empresas y a los sectores más perjudicados, Blanchard y Pisani-Ferry proponen incrementar con ayudas el poder adquisitivo de los hogares con ingresos inferiores a 22.000 euros anuales, que representan la mitad de la población en Francia y que son quienes más han sufrido el impacto de la crisis. Ambos economistas estiman que estas medidas implicarían un coste adicional al plan francés de 50.000 millones de euros, más 11.000 millones para contingencias.
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