1 de mayo

Reivindiquemos el trabajo digno, nos va el futuro

Es imprescindible que tengamos un Govern de la Generalitat independentista y de izquierdas con las seis marchas puestas, para combatir el paro y la precariedad juvenil con un buen plan de rescate social

Concentración de interinos por la estabilización de sus puestos de trabajo.

Concentración de interinos por la estabilización de sus puestos de trabajo. / Ferran Nadeu

Dolors Bassa

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Este ya es el cuarto -¡el cuarto!- 1 de Mayo que paso en prisión. Por cuarto año consecutivo no podré salir a la calle con todos y todas vosotros para defender los derechos de los trabajadores y trabajadoras. Como mujer comprometida con el trabajo digno, con la igualdad y con la libertad, me duele profundamente perderme otro Día Internacional del Trabajo. Me duele porque hemos hecho mucho, pero continuamos teniendo mucho por hacer, para avanzar y conquistar en este ámbito.

Y más con los efectos económicos de la pandemia que empezamos a notar, sobre todo con el aumento de trabajadores y trabajadoras que se han quedado sin trabajo o de aquellas personas que, todavía, después de más de un año, continúan con erte. El paro afecta a todo el mundo: los más jóvenes, donde la tasa de desocupación ronda el 38% entre los chicos y chicas de 16 a 24 años; gente más mayor que ha perdido el trabajo; y mujeres, las más afectadas, muchas se encargan de paliar los efectos de la pandemia pero no se las ha reconocido. El paro sumado a la precariedad laboral, contratos temporales, jornadas parciales, sueldos irrisorios... hace que las perspectivas de futuro a menudo se vean truncadas.

También nos queda mucho trabajo por hacer para combatir el machismo y la desigualdad entre hombres y mujeres a nivel laboral. La brecha salarial, el suelo pegajoso y el techo de vidrio todavía persisten en muchas empresas y organizaciones. En Catalunya, las mujeres cobramos 6.350 euros menos de media al año que los hombres. A pesar de que la brecha salarial se ha ido reduciendo en los últimos cuatro años, la diferencia de los sueldos entre hombres y mujeres es del 22% de media.

Y lo que todavía es indignante que quede por hacer es derogar, de una vez por todas, la reforma laboral que aprobó el PP hace más de ocho años. Escuchamos buenas palabras del Gobierno español asegurando que la eliminación de esta ley es inminente; el mismo Gobierno que también dice que reformará el Código Penal y el delito de sedición. Buenas palabras pero ningún hecho, y suerte que dicen que es el Gobierno más progresista. Permitidme que lo ponga en entredicho porque, como independentista y de izquierdas, sé que solo avanzaremos como país desde las plenas competencias de gobierno y legislativas con una República catalana feminista y progresista, una República de oportunidades y libertades.

Y ahora, en el mientras tanto, para poder continuar avanzando, después de este año tan duro que nos ha tocado vivir a causa de la pandemia, pero también a causa de la represión que no cesa, es imprescindible que tengamos un Govern de la Generalitat en plenas funciones. Un gobierno independentista y de izquierdas con las seis marchas puestas, para combatir el paro y la precariedad juvenil con un buen plan de rescate social que, entre otros aspectos, incluya fomentar la contratación y el mantenimiento de los puestos de trabajo digno. Un gobierno 100% feminista que por primera vez tendrá una Conselleria de Igualdad y Feminismos, y que podrá garantizar la incorporación de la perspectiva de género en todas las políticas. Un gobierno comprometido con el bienestar social y que podrá impulsar el pacto nacional por el teletrabajo, una necesidad de primer orden, y que avance hacia un salario mínimo catalán de al menos 1.200 euros.

Como decía al inicio, queda mucho trabajo por hacer y lo haremos. Y el 1 de Mayo tenemos que salir a la calle, con mascarilla, pero vosotros que podéis, salid. Salid y reivindicad el trabajo digno y nuestros derechos sociales y laborales, como hicieron nuestros abuelos y abuelas y como hicieron sindicalistas catalanas antes de nosotros y que consiguieron grandes retos en su tiempo, como Isabel Vilà. En el presente de ahora, nos va el futuro del mañana