Opinión | Editorial

El Periódico

Muertes que nos dejan a oscuras

David Beriain y Roberto Fraile.

David Beriain y Roberto Fraile.

Cada vez que muere un periodista en el ejercicio de su profesión se priva a la sociedad de saber qué sucede y por qué sucede. El asesinato en Burkina Faso de David Beriain y Roberto Fraile por terroristas de una franquicia de Al Qaeda obedece a este siniestro propósito de oscurecimiento de la realidad, y con ella de exacerbación del fanatismo. Quienes son de la estirpe de Beriain y de Fraile cumplen la altísima función de suministrarnos información veraz, fiable, esclarecedora en lugares olvidados o sometidos a una opacidad a menudo interesada que enmascara y desdibuja cuanto acontece. Beriain y Fraile no hacían otra cosa que acercarnos a la cruel verdad de mundos muy alejados de nuestra vida cotidiana. Esta era la honrosa misión que se habían impuesto.

A Beriain y a Fraile les echaremos en falta como echamos en falta a cuantos les han precedido en esa tragedia inacabable de matar al mensajero. Cada vez que cae un periodista nos quedamos a oscuras, se priva a los ciudadanos de informaciones valiosas y vencen la violencia en sus diferentes formas, la impunidad, el desprecio por los derechos humanos y todas las arbitrariedades imaginables. A estos dos periodistas les echaremos en falta porque les han impedido contarnos demasiadas cosas que están sucediendo, víctimas de los mismos ejecutores que siembran la muerte en los escenarios a los que se fueron con su cámara y su bloc de notas para ponernos al corriente.