Documental

El genio hiperactivo de Da Vinci

En la serie 'Leonardo' le vemos caer en la obsesión de su arte, consumido por una espiral de hiperconcentración, síntoma del TDAH, olvidándose de que es humano y hay todo un universo más allá de su trabajo

Retrato de Leonardo Da Vinci

Retrato de Leonardo Da Vinci / periodico

Mónica Vázquez

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Es curioso cómo funciona la memoria colectiva; cómo algunas cosas las recordamos sin problema y otras desaparecen en la neblina del día a día, devoradas por el paso del tiempo, disolviéndose en el presente hasta convertirse en una imagen que nos sabe más a sueño que a recuerdo. La historia se convierte en ficción y algunas maravillas del pasado se pierden. Leonardo Da Vinci, afortunadamente, es una de esas maravillas que jamás perderemos de vista. 

¿Cómo pudo Da Vinci hacer tantas cosas, tan geniales y distintas? ¿De dónde venía esa aparentemente inagotable fuente de creatividad e imaginación? Su obra fue tan extensa y exquisita que más de uno a lo largo de la historia ha intentando demostrar que algunos de aquellos prodigios no eran en realidad suyos. Estamos tan acostumbrados a la mediocridad, tan cómodos en ella, que cuando nos cruzamos con un talento inesperado y voraz, nos resulta incómodo y lo rechazamos. Lo tachamos de imposible, de fraude. Lo menospreciamos para establecer nuestra posición de poder—artificial, vacío y cobarde—y rebajamos el arte al nivel de nuestra propia capacidad de comprensión, y fingimos no ver que nos supera. 

Académicos de la universidad King’s College y la Universidad de Pavía atacan el enigma de Da Vinci intentando comprender el cerebro del genio y coinciden en el diagnóstico: Leonardo Da Vinci tenía trastorno de déficit de atención e hiperactividad. A pesar del nombre que recibe esta neurodivergencia, quien tiene TDAH no experimenta déficit de atención per sé si no, más bien, todo lo contrario: demasiadas cosas llaman su atención y tiene dificultad para enfocarse en solo una. Es un superpoder más que una incapacidad, y si bien puede provocar problemas a la hora de encajar en la realidad de los demás, es una forma de vivir y pensar que abre puertas secretas donde los demás solo ven muros. Basta ver un episodio de ‘Leonardo’, la nueva superproducción europea sobre la vida y obra del genio, para darse cuenta de lo acertada que es esta teoría. Vemos a Leonardo bailar de disciplina en disciplina, brillante en su obra aún cuando se lanza a hacer algo que jamás había intentado antes… y que nadie había sido capaz de imaginar siquiera. Le vemos caer en la obsesión de su arte, consumido por una espiral de hiperconcentración, síntoma del TDAH, olvidándose de que es humano y hay todo un universo más allá de su trabajo. Leonardo Da Vinci reinventaba el mundo constantemente intentando expresar cómo florecía la realidad ante sus ojos, y al intentar traducir la exquisita belleza de su mente, creó el enigma de un talento que iluminaría a la humanidad por siglos.