Libertad de expresión

Cercas enseña las tetas en misa

Aquí tenemos una religión, que es el lacismo, y TV-3 es la iglesia donde se predica la fe

Javier Cercas

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Albert Soler

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Cercas puede decir lo que le venga en gana, faltaría más, que en Catalunya nos va cantidad eso de la libertad de expresión, oiga usted. Pero donde corresponda. Lo que no puede hacer es decir lo que le venga en gana en TV-3, hasta ahí podíamos llegar. Aquí tenemos una religión, que es el lacismo, y TV-3 es la iglesia donde se predica la fe. En la iglesia uno debe comportarse, decir las verdades en TV-3 es sacrilegio, seguramente incluso pecado. Por si fuera poco, dentro de esa iglesia, el 'FAQS' es el púlpito desde el cual los sumos sacerdotes pronuncian la homilía, o sea, ahí peor todavía. Para un fiel lacista que cada sábado por la noche, postrado de hinojos ante el televisor, escucha la homilía del 'FAQS' casi levitando, ver irrumpir de repente a Cercas, soltando por aquella demoníaca boca cosas de las cuales prefiero no acordarme, es como para un católico ver a las de Femen interrumpir la lectura de los evangelios enseñando las tetas y berreando como posesas. Con las cosas de la fe, no se juega.

Lo que se espera de alguien, en el templo, es una postura de recogimiento y humildad, una actitud de asentimiento hacia todo lo que allí se dice, que no es otra cosa que la palabra del señor de Waterloo. Si Cercas, renegando de sus orígenes, de su familia y de la verdad, hubiera abrazado la auténtica fe, en público y en 'prime time', habríamos sido felices, él el primero, porque muchos son los llamados a la 'republiqueta', pero pocos los elegidos. Y entonces el realizador habría soltado, encima del hijo pródigo de Ibahernando, los globos y el confeti que tenía preparados.

"¡Aleluya! ¡Aleluya!", gritaría emocionado el público del plató, al tiempo que se liberaban palomas y sonaba 'Els Segadors'.

Habríamos acogido a Cercas entre los catalanes de bien, puesto que también en el lacismo el señor está más contento por una oveja descarriada que vuelve al corral, que por las cien que no se habían largado. El señor, sobra comentarlo, todo lo ve desde allá arriba, es decir, desde Waterloo. Quizás incluso lo habría llamado a sentarse un ratito a su derecha, eso ya dependería de sí Comín había dejado libre el asiento, que no hay manera de sacarlo de allí.

Cercas pecó, y gracias al pecado ha podido comprobar en propia piel que nada hay más fanático que los creyentes. Más aún si los alienta una Torquemada bien remunerada como Pilar Rahola, quien desde su altar no pierde ocasión de condenar a la hoguera a quienes osan poner en entredicho la auténtica fe, placer solo empañado porque por desgracia la hoguera es metafórica, nunca la felicidad es absoluta.

A TV.3, no digamos al 'FAQS', los pecadores como Cercas solo pueden acudir si es bajo el compromiso de echarse al suelo entre convulsiones cuando la presentadora les pone la palma de la mano en la frente y les pide que abracen la fe verdadera.

"¡Oh, sí! ¡Sí! ¡SÍ! ¡El Vivales es el camino, la verdad y la vida! ¡Gracias 'FAQS'!"

Los creyentes no pueden permitir que venga a misa un blasfemo a decirles que se equivocan, que su Dios es un falso ídolo. A TV-3 no se puede ir esgrimiendo la razón, porque la razón es enemiga de la fe y la fe es lo que nos mantiene unidos, alabado sea el Vivales por siempre jamás.

Se empieza dejando sin castigo a quien ha tenido la osadía de asaltar con palabras el sagrado templo de TV-3, y se acaba tolerando que la gente piense libremente.

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