Pros y contras

Fútbol moderno

Bartomeu y Florentino, en el último clásico liguero en el Camp Nou en octubre del 2020.

Bartomeu y Florentino, en el último clásico liguero en el Camp Nou en octubre del 2020. / Jordi Cotrina

Josep Maria Fonalleras

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Sesenta años después del accidente de avión que acabó con un equipo mítico del fútbol inglés, los Busby Babes (en referencia al entrenador Matt Busby), en Old Trafford se colocó una placa de homenaje en forma de estadio que recordaba la tragedia de Múnich de 1958. Sobrevivieron, entre otros, Bobby Charlton, el cual, 10 años después, levantaba la Copa de Europa que aquel equipo habría tenido que ganar mucho antes, si no hubiera sido porque, en plena tormenta de nieve, el aparato, después de dos intentos de despegar, chocó contra unos árboles, al final de la pista. Volaron porque la liga inglesa no contemplaba la posibilidad de aplazar el partido del fin de semana si el Manchester United no volvía a tiempo de Belgrado, donde había jugado una eliminatoria europea.

Cuento todo esto porque no sé si en Manchester han pensado en ello, en el momento de poner en marcha el proyecto de la Superliga. Como dice uno de sus históricos capitanes, Gary Neville, "esto es una absoluta desgracia, un acto criminal". El fútbol es tradición y respeto. También un mundo rodeado de avaricia y afán de poder, de acuerdo, pero este invento va más allá. Se carga las esencias y se olvida de los mitos.

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