Conocidos y saludados

El actor y su personaje

Toni Cantó encarna la imagen de los principios adaptables de Groucho Marx y la definición de intérprete de Vittorio Gassman: alguien que ofrece la mentira de manera tan real que todos participan de ella

Toni Cantó, en San Sebastián de los Reyes (Madrid)

Toni Cantó, en San Sebastián de los Reyes (Madrid) / A. Martínez Vélez / Europa Press

Josep Cuní

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'7 vidas' duró siete años. Fue la primera comedia de situación y un gran éxito de Telecinco. En ella, David Pérez se recuperaba de un coma que le había tenido 18 años fuera de juego. Al despertar iba descubriendo un mundo sorprendente por serle desconocido. Circunstancias divertidas que los excelentes guionistas aprovechaban para crear situaciones cómicas, ilustradas con frases ingeniosas y rematadas con sentencias contundentes apostilladas por risas y aplausos del público. Como las que soltaba Sole, encarnada por la excelente Amparo Baró. Una mujer de carácter, de izquierdas y frustrada, crítica, gruñona pero ácidamente jocosa que lamentaba: “He tenido una pesadilla. Soñé que con Franco vivíamos mejor”. O reconocía. “Si algo nos ha enseñado 'Gran Hermano' es que hay que ser muy selectivo con la gente que metes en casa”. Fina ironía para un espectador inteligente que la agradeció celebrando más de 200 capítulos. 

En uno de ellos, Carlota (Blanca Portillo) ante la ingenuidad de David, le recomienda: “Tú no cambies nunca, corazón. Sigue siendo siempre como eres”. A lo que el resucitado responde para sí y con esbozo de sonrisa: “Bueno, ni remordimientos ni mala conciencia”. Se detiene un instante, recapacita, y en tono más serio plantea: “Debería dedicarme a la política”.

Veinte años después, las redes siempre atentas han recuperado aquel momento para traducir la frase como profecía, dibujar el perfil de aquel comediante convertido en inquieto político e ironizar con el disfraz de camaleón que usó en el programa 'Mask Singer' de Antena 3 bajo el que cantó ocultándose. 

Aunque el TC le haya cerrado la puerta de la Asamblea de Madrid su repertorio dará para más

Antonio (Toni) Cantó García del Moral (València, 14 de enero de 1965) era el actor que vio cumplido el destino de su personaje de dos temporadas. Tras un largo recorrido artístico y mediático, entró en política con Ciudadanos en 2006. Un año después pretendió ser concejal por Vecinos por Torrelodones. Se quedó a un pelo. Saltó a la UPyD de Rosa Díez que le introdujo en el Congreso. Y se hizo notar. Como portavoz y martillo de herejes contra nacionalismos y corrupción y en defensa de los toros y la unidad de España, que no es poco. Discrepó y renunció tanto al escaño como a su candidatura a presidente de la Generalitat valenciana. En revancha, quiso renovar el partido, perdió y regresó allí donde todo había empezado. Paso cocinado directamente con Albert Rivera como al parecer ha hecho ahora con Pablo Casado para bautizarse popular. Y aunque el Tribunal Constitucional le haya cerrado la puerta de la Asamblea de Madrid por un padrón tardío seguro que su repertorio dará para más. 

Su frustrada apuesta por acompañar a Isabel Díaz Ayuso le debe haber recordado el disgusto de los actores tras el rechazo para un papel que consideran adecuado después de un 'casting' que valoran satisfactorio. Por eso aprenden que los intérpretes no siempre alcanzan los papeles que persiguen. Pero insisten. Y Toni Cantó sabe que la política, aunque se la relaciones y tenga mucho de representación, no responde ni a los cánones de la escena ni a los criterios del arte.  

Hombre de vida agitada también en lo personal hoy encarna la imagen de los principios adaptables de Groucho Marx y la definición de actor de Vittorio Gassman: alguien que ofrece la mentira de manera tan real que todos participan de ella.

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