El desconocido en el espejo

De las muchas preguntas que han acosado a la humanidad a lo largo de la historia, hay una que destaca por encima de todas las demás. "¿Quién soy?", decimos todos a lo largo del camino, en un movimiento ciego, inexorable, que nos propulsa hacia el futuro con persistente indiferencia. ¿Quién se esconde detrás de estos ojos, detrás de estas manos? ¿Quién lleva mi nombre, mi cara, mi futuro colgado en sus espaldas? 

De las muchas respuestas que podríamos considerar, dos se proclaman las reinas de la fiesta. Hay quien opina que somos el conjunto y acumulación de nuestros recuerdos, y hay quien dice que los recuerdos son ficción y nos construimos a pesar de lo vivido, que llevamos nuestro destino tatuado en la piel y ser quien uno es resulta tan inevitable como respirar. 

Si somos nuestros recuerdos, su valor se vuelve incalculable. Necesitamos que sean inamovibles, inobjetables, sólidos como el suelo que soporta nuestro caminar. La memoria se convierte en un espacio inaudito dentro de nosotros mismos donde guardamos todo lo vivido y hacemos hogar. Y es desde ese mágico lugar desde el que interactuamos con el mundo y con los demás. Somos esa habitación secreta, ese 'boudoir' privado en el que no cabe nadie más. ¿Pero qué sucede si los recuerdos desaparecen? ¿Cómo ser uno mismo cuando la vida te roba tu pasado? Cuando esa habitación está vacía, y solo queda el eco de la inevitable pregunta que nos persigue hasta la tumba. 

El documental de Netflix ‘Dime quién soy’ nos plantea esta cuestión a pecho descubierto, sin anestesia. Dos hermanos gemelos hablan de su pasado y del valor de lo vivido, de cómo los recuerdos, además de amueblar tu 'boudoir' secreto, pueden llegan a destruirte por completo. Uno de ellos perdió la memoria en un accidente, y el otro tuvo que hacerse cargo de su mundo para que la vida no le arrollara de nuevo. Con esa responsabilidad le es otorgada también la posibilidad de construir un mundo distinto para su hermano, liberándole de su pasado, atándole sin querer a un amasijo de preguntas que crece con el tiempo, clavándosele en el alma. Si somos nuestros recuerdos, ¿qué pasa cuando estos no son ciertos?