Apunte

Últimos zarpazos del rescate bancario

La deuda del banco malo eleva a 100.000 millones el coste para los contribuyentes del auxilio al sector financiero

Fachada Banco de España         David Castro

Fachada Banco de España David Castro / David Castro

Rosa María Sánchez

Rosa María Sánchez

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Casi diez años después del rescate de la banca, las cuentas públicas siguen encajando nuevos zarpados en forma de costes añadidos para el conjunto de los contribuyentes. El último coletazo, los 34.182 millones de euros (el 3%del PIB) de deuda del banco malo Sareb que el Estado se ha visto obligado a contabilizar como deuda pública a cuenta del ejercicio 2020. Estos casi 34.200 millones se suman a la factura de más de 66.000 millones que, según el Tribunal de Cuentas, ha costado el rescate bancario en los últimos años y lo dejan por encima de los 100.000 millones.

La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) fue creada en noviembre de 2012, en el contexto de la crisis financiera, como parte del programa de ayudas para la reestructuración y recapitalización del sector bancario español. Es el banco malo que creó el Gobierno para recibir los activos inmobiliarios tóxicos que acumularon las entidades financieras durante los años locos del boom inmobiliario. Ello permitió a la banca sacar este lastre fuera de sus balances y poder volver a dar créditos a familias y empresas, contribuyendo así a la recuperación de la economía.

En el momento de su creación, la Sareb se constituyó con un 54% de capital privado aportado por las entidades financieras, en forma de activos inmobiliarios tóxicos. Ser una entidad mayoritariamente privada permitió a la Sareb quedar fuera del Presupuesto del Estado. Pero durante estos años, las pérdidas acumuladas se han ido comiendo el capital, de modo que ahora es mayoritariamente pública. Además, como el Estado avaló la aportación privada, todo el descalabro recae sobre las cuentas públicas. Los contribuyentes deberán asumir el pago de intereses de la deuda acumulada. Así, se ha llegado ya al punto al que casi todo el mundo sabía desde el principio que se iba a llegar tarde o temprano y que lleva a que el conjunto de los contribuyentes debe asumir este nuevo zarpazo del rescate bancario, confiando en que sea el último, y no el penúltimo.

Suscríbete para seguir leyendo