Apunte
Últimos zarpazos del rescate bancario
La deuda del banco malo eleva a 100.000 millones el coste para los contribuyentes del auxilio al sector financiero
Rosa María Sánchez
Redactora jefe
Premio Carlos Humanes de Periodismo Económico 2020. Máster Universitario en Investigación en Periodismo por la Universidad Complutense, en 2023. Profesora en el Título de Postgrado Especialista en Información Económica de la Universidad Nebrija. Colaboradora en RNE.
Casi diez años después del rescate de la banca, las cuentas públicas siguen encajando nuevos zarpados en forma de costes añadidos para el conjunto de los contribuyentes. El último coletazo, los 34.182 millones de euros (el 3%del PIB) de deuda del banco malo Sareb que el Estado se ha visto obligado a contabilizar como deuda pública a cuenta del ejercicio 2020. Estos casi 34.200 millones se suman a la factura de más de 66.000 millones que, según el Tribunal de Cuentas, ha costado el rescate bancario en los últimos años y lo dejan por encima de los 100.000 millones.
La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) fue creada en noviembre de 2012, en el contexto de la crisis financiera, como parte del programa de ayudas para la reestructuración y recapitalización del sector bancario español. Es el banco malo que creó el Gobierno para recibir los activos inmobiliarios tóxicos que acumularon las entidades financieras durante los años locos del boom inmobiliario. Ello permitió a la banca sacar este lastre fuera de sus balances y poder volver a dar créditos a familias y empresas, contribuyendo así a la recuperación de la economía.
En el momento de su creación, la Sareb se constituyó con un 54% de capital privado aportado por las entidades financieras, en forma de activos inmobiliarios tóxicos. Ser una entidad mayoritariamente privada permitió a la Sareb quedar fuera del Presupuesto del Estado. Pero durante estos años, las pérdidas acumuladas se han ido comiendo el capital, de modo que ahora es mayoritariamente pública. Además, como el Estado avaló la aportación privada, todo el descalabro recae sobre las cuentas públicas. Los contribuyentes deberán asumir el pago de intereses de la deuda acumulada. Así, se ha llegado ya al punto al que casi todo el mundo sabía desde el principio que se iba a llegar tarde o temprano y que lleva a que el conjunto de los contribuyentes debe asumir este nuevo zarpazo del rescate bancario, confiando en que sea el último, y no el penúltimo.
Suscríbete para seguir leyendo
- Barcelona, “decepcionada” y “preocupada” por que la Generalitat anuncie una desalinizadora flotante en el puerto sin avisarle
- El presidente del PP de Esplugues coló durante años facturas personales como gastos del partido para pagarlas con dinero público
- Sumergir los pies en vinagre, la nueva tendencia que arrasa: estos son sus beneficios
- Airbnb aconseja a los propietarios que no anuncien las piscinas en sus alojamientos turísticos
- Muere ahogado un adolescente de Sant Fruitós de Bages al lanzarse a una poza
- Abre en Barcelona un museo dedicado a Belén Esteban
- García-Castellón y Gadea dejarán sus plazas en la Audiencia Nacional y Pedraz sopesa hacerse con el juzgado del Tsunami, por Ernesto Ekaizer
- Un aparatoso incendio en un solar de Montcada i Reixac obliga a evacuar un asentamiento barraquista