Mitos machistas

Los prejuicios del caso Rocío Carrasco

Tras el documental he visto la parte teórica y práctica del feminismo más alejada que nunca

Protesta del Día de la Mujer el pasado 8 de marzo en Barcelona.

Protesta del Día de la Mujer el pasado 8 de marzo en Barcelona. / Ferran Nadeu

Ana Bernal-Triviño

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Tras el documental de Rocío Carrasco he visto cómo, una vez más, el machismo usa el caso para negar la violencia de género. Lo esperaba. Pero mi sorpresa fue comprobar cómo frases o valoraciones muy parecidas venían de feministas que saben cuáles son las armas que el machismo usa contra las víctimas. He visto la parte teórica y práctica del feminismo más alejada que nunca y he escuchado barbaridades constantes sobre ella cargada de mitos machistas, que puedo resumir en estas frases. 

“Lo ha hecho a destiempo, eso no se hace ahora”. Hemos defendido que las mujeres del #MeToo o las afectadas por Plácido Domingo denunciaron cuando pudieron. Hemos alertado de que las mujeres con mayor formación o con mayores ingresos económicos tardan más en denunciar. Hemos difundido que el Tribunal Supremo concluyó en 2019 que el retraso en denunciar no supone una merma en la credibilidad de la víctima ¿Sabemos esto y leo a feministas decir que el problema de Rocío Carrasco es que tardó en denunciar? ¿Para qué sirve todo lo que hemos aprendido?

“Es que no me la creo porque va bien vestida y maquillada”. Decir esto dentro del feminismo no está muy lejos de aquel juez que justificó un abuso sexual por llevar minifalda. Y es alimentar el mito machista sobre qué es una buena víctima. Lo vimos de cerca en el caso de La Manada cuando se juzgaba que ella no era buena víctima por cómo se sentaba o porque salía con amigas. El machismo quiere un patrón muy concreto de víctima que hay que romper y eso empieza por cambiar la imagen que se ofrece de ella en los medios de comunicación. Cualquier víctima puede ir con traje de chaqueta, maquillada y peinada. La misma cadena emitía hace tiempo un programa de mujeres anónimas víctimas de malos tratos. Todas iban preparadas, como debe ser, porque las víctimas no son reconocibles por su ropa. 

“Es que es famosa”. ¿Y? ¿Las personas famosas o conocidas no pueden sufrir violencia de género? ¿Desde cuando eso da inmunidad? Nadie lo es, al igual que no pueden impedir tener una accidente de tráfico o un cáncer o un infarto. Decir esa frase alienta de nuevo el mito machista de que hay mujeres que nunca pueden ser víctimas por su situación. Puede sufrir malos tratos desde una reina a una mujer en desempleo. Deberíamos tenerlo grabado a fuego. Porque entonces este pensamiento no dista tanto de aquel juez que dijo de Carmina Ordónez que no tenía el perfil de víctima. No solo no se salvó a ella misma, sino que ese daño de la violencia de género hemos visto que queda grabado en sus hijos. Igual que en cualquier otro caso. Sabemos que no hay perfil de maltratada o agresor. Que no se nos olvide.

“Es que ella no lo hace para contribuir al feminismo”. ¿Desde cuándo una mujer que denuncia violencia de género lo hace pensando en todas? ¿Desde cuándo una mujer tiene que ser una Juana de Arco de la causa feminista? ¿Habéis pisado una casa de acogida o hablado con diversas víctimas? No hay un tipo único de víctima y hablan para salvarse a sí mismas. Y punto. ¿Que eso después suma a la causa feminista? Estupendo. ¿Que luego esa mujer, que se ha salvado, no es feminista? Puede, porque el feminismo ni las leyes feministas indican que si te salvas tienes que seguir dentro de la causa por obligación. Seguramente lo hagas porque se te abrirá un nuevo espacio y lo reconocerás, pero si no lo haces no pasa nada, porque el feminismo no pone faltas. ¿Qué hacemos pidiendo carnets de pureza a víctimas?

Todas estas reflexiones me estremecían no ya por el caso de Rocío Carrasco en sí, sino por si una mujer que tenga su perfil pida ayuda y se encuentre con esto. La trampa de los prejuicios sobre ella o la cadena no pueden ser patente de corso para usar en el feminismo argumentos paternalistas y patriarcales que afectan al resto de las víctimas. Me enseñaron que lo del “Yo Sí Te creo” no era solo para corearlo en la manifestación del 8M y subir la foto o vídeo en Instagram. Las víctimas no merecen pedir ayuda y encontrarse con un feminismo que responda lo mismo que respondería el machismo. Es una pena. Y si hay dudas, al menos, prudencia. No por Rocío, sino porque otras mujeres que vean estos prejuicios decidan no denunciar por evitar estos juicios sobre sí mismas. 

Suscríbete para seguir leyendo