La gestión de la crisis

El covid-19, un asunto internacional

Descubrir su origen es un asunto de interés para la salud de todos porque una de las cosas que deberemos sacar de la presente pandemia es cómo evitar otras

Pasajeros con mascarilla a su llegada al aeropuerto de Wuhan

Pasajeros con mascarilla a su llegada al aeropuerto de Wuhan / AFP / HÉCTOR RETAMAL

Pere Puigdomènech

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Por definición una pandemia es un asunto que afecta a todos, vivamos dónde vivamos en la Tierra. Durante el último año hemos ido siguiendo la progresión de la infección por el coronavirus Sars-Cov2 hasta su llegada a nuestra casa, hemos seguido cómo los diferentes países reaccionaban a la emergencia y ahora compiten por las vacunas. Desde su inicio hasta lo que esperamos sea el final, el covid-19 ha sido un asunto con una dimensión internacional importante.

Uno de los aspectos que nos interesa más conocer de la epidemia del covid-19 es su origen. Es un asunto de interés para la salud de todos porque una de las cosas que deberemos sacar de la presente pandemia es cómo evitar otras. Una reciente misión de la Organización Mundial de la Salud en China y en particular en Wuhan ha emitido un comunicado en el que afirma que es difícil llegar a una conclusión definitiva sobre el origen del Sars-Cov2. Afirman que probablemente pasó de murciélagos a los humanos a través de otro animal, pero no lo ha podido demostrar. La hipótesis de que se escapó del laboratorio que estudia coronavirus en Wuhan parece ser poco probable. La misión no ha podido trabajar en las mejores condiciones y unos cuantos países, entre ellos Estados Unidos, piden que se denuncie a China por su falta de colaboración.

Los efectos de la pandemia están siendo muy diferentes en cada pías. El sistema sanitario, la reacción frente a la pandemia de las autoridades y las poblaciones y cómo han ido presentándose las variantes en cada lugar han hecho que los niveles de infección hayan sido diferentes. Con el tiempo será necesario analizar bien todos estos estos factores, pero el hecho de que las situaciones sean diferentes ha dado lugar a que cada país haya dictado restricciones a la movilidad de las personas extranjeras, lo que crea problemas entre poblaciones. En Europa, que nos hemos acostumbrado a la desaparición de las fronteras, este paso atrás ha sido bien penoso. A nivel internacional la disrupción ha sido considerable.

Para acabar de arreglarlo, la solución para la pandemia la hemos encontrado en las vacunas y estas se han de diseñar, ensayar y producir. Este proceso lo hacen en general compañías multinacionales que tienen unos lugares de producción determinados en países como la India, los cuales necesitan también vacunar a su población. A todo esto se añaden los conflictos entre países como es el caso de las vacunas rusas y chinas que no han seguido los procedimientos de aprobación y producción que tenemos en Europa y que se ofrecen a otros países. Pueden existir contradicciones entre los intereses de la propia población y la necesidad de que la vacunacións e haga en todas partes por razones de justicia, pero también porque la sanidad global es garantía de control.

En estas cuestiones la debilidad de los acuerdos internacionales ha quedado demostrado, pero también los que se hacen a nivel europeo e incluso dentro de cada país, y el nuestro en particular. No está muy claro cuáles son las responsabilidades de cada uno ni tampoco que existan condiciones de confianza mútua. .

Estas son esenciales para acabar de saber el origen y la transmisión de la enfermedad y la forma cómo la controlamos con medidas de confinamiento y cierre de fronteras y con tratamientos como las vacunas. Debemos aprender muchas cosas de la emergencia que estamos viviendo. Entre ellas, la necesidad de repensar el sistema mundial de detección de las pandemias y de harmonización de las medidas que se toman que es responsabilidad en gran parte de la Organización Mundial de la Salud. La necesidad de repensar su funcionamiento es una de las conclusiones. La solución europea de centralizar la compra de vacunas era seguramente la mejor, pero retrasos e incumplimiento hacen que la falta de confianza se extienda en la población de los diferentes estados y las regiones que están tomando soluciones diferentes en función del estado en el que se encuentran, de sus competencias y a veces en conflicto las unas con las otras. Revisar a fondo cómo hemos actuado en las diferentes etapas de la emergencia y qué ha hecho cada uno es imprescindible para tratar de que cuando se nos presente otra podamos reaccionar de una forma más eficiente en favor de la salud de los ciudadanos.