A propósito de una celebración mundial

Malos tiempos para las mujeres musulmanas

El islam utiliza todas las artimañas del patriarcado y de la religión y por eso las mujeres son las que lo sufren

Manifestación contra la retirada de Turquía de la Convención de Estambul, el 27 de marzo en la capital turca.

Manifestación contra la retirada de Turquía de la Convención de Estambul, el 27 de marzo en la capital turca. / Hakan Akgun / DPA / Europa Press

Carmen Domingo

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El 27 de marzo se celebra el Día de las Mujeres Musulmanas. Lo creó hace unos años la fundadora de Muslim Girl para romper con la imagen estereotipada con que conviven y ofrecer una visión “inspiradora” de lo que significa ser una mujer musulmana. 

Lo triste es que no se creó pensando en defender las libertades de las mujeres musulmanas, ni el derecho de las niñas musulmanas a estudiar, ni siquiera a que las musulmanas puedan percibir la herencia que les toca sin que se la queden sus familiares hombres. No. Parece que la ONU quiere convertir en mero folclore la tragedia de ser mujer bajo la opresión del Islam.

En un mundo en el que Erdogan, el presidente de Turquía, ha abandonado la Convención de Estambul, donde se establece la eliminación de todas las formas de discriminación y violencia contra la mujer, el Día de las Mujeres Musulmanas sirve para hablar de eliminar estereotipos.

Sorprende la falta de perspectiva de las necesidades y el drama real de las mujeres musulmanas pues esa misma semana se sucedían las noticias de mujeres musulmanas reales y víctimas de ¿estereotipos?:

Samah, una niña de 13 años, fue asesinada por su padre. La mató al salir del rezo del viernes. Parece ser que le molestaba que la niña quisiera estudiar y lo más fácil fue matarla. 

Esto sucedió en Somalia.

El caso de Romina, de 13 años, fue distinto. No tenemos noticias de si le molestó a su padre o no que estudiara, en este caso lo que incomodó fue que eligiera un novio poco apropiado y una noche la degolló mientras dormía. 

En este caso sucedió en Irán.

Por estos días, Isra, una chica de 18 años, fue asesinada brutalmente por su marido y hermano, al ser incitados por su madre para limpiar el honor de la familia.

Este asesinato sucedió en Egipto.

Esta semana, cuatro mujeres fueron asesinadas en 24 horas: tres por pedir el divorcio, una porque su “enamorado” se enteró de que se iba a casar con otro.

Esto ocurrió en Turquía

Y mientras, aquí, en Europa. Un colegio del norte de Inglaterra pidió disculpas el jueves por los contenidos de una clase y suspendió al profesor por haber mostrado a sus alumnos una caricatura de Mahoma.

Europa no iba a ser menos.

El mismo mes que Turquía ha salido de la Convención de Estambul y han sido asesinadas varias chicas, nos ha dejado una de las mayores feministas árabes 

Y el caso es que todo esto ha sucedido en el mismo mes en que nos ha dejado una de las mayores feministas árabes contemporáneas. Una escritora lúcida y coherente como pocas en todos y cada uno de sus textos: Nawal El Saadawi y todos esos asesinatos han pasado tan desapercibidos casi como la muerte de la que debiera haber recibido el Premio Nobel de Literatura. “El feminismo no es una invención occidental. La opresión de las mujeres está en todas partes y la rebelión de las mujeres también", insistía una y otra vez en las entrevistas.

“El feminismo es la valentía y la capacidad de criticar a Dios, de criticar al padre, al abuelo, al presidente, a los poderes, tanto del cielo como de la tierra”, defendía desde su feminismo socialista preocupado, a la vez, por los derechos de las mujeres, y por los de los campesinos, la clase obrera, los derechos de los hombres, que han sido torturados, que sufren torturas o desigualdades.

Porque, por desgracia, el islam se hace visible utilizando todas las artimañas del patriarcado y de la religión (eso lo sabemos bien los países que hemos sufrido las mismas argucias por parte de la Iglesia católica) y por eso las mujeres son las que lo sufren. Y porque no podemos permitir que haya más Rominas, Samahs ni Isras, ni en países lejanos al nuestro, ni en nuestro entorno, la comunidad internacional debería exigirle responsabilidades a Erdogan y exigir que el Día de las Mujeres Musulmanas sirva para denunciar eso, o llamarlo Día de las Mujeres bajo el Islam.