Educación y pandemia

¿El debate sobre las Humanidades, todavía?

Esta semana en la que precisamente hace un año desde que cerraron las escuelas en Catalunya hemos conversado sobre las bondades de este conjunto de disciplinas académicas en el bachillerato que aún cuestionamos

Niños dando clase online

Niños dando clase online

Núria Iceta

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Esta semana en la que precisamente hace un año desde que cerraron las escuelas en Catalunya, Unicef ha hecho un acto de reivindicación ante la sede de las Naciones Unidas en Nueva York con el nombre de 'La clase de la pandemia' y la instalación de 168 pupitres vacíos, cada uno de ellos en representación de cada millón de niños que viven en los países donde las escuelas han estado cerradas casi por completo durante este año, debido a los confinamientos impuestos por el covid-19.

En el mes de abril, la Conselleria d'Educació se comprometió a repartir 300.000 ordenadores a todos los alumnos de 3º y 4º de ESO, bachillerato y formación profesional de los centros públicos para garantizar el acceso a los contenidos y la red de conexión con el sistema educativo, pero hasta ahora solo se ha entregado el 5%. No sé hasta qué punto era una necesidad del sistema, una voluntad de hacer un gesto en favor de las familias que tuvieron que buscarse la vida para sobrevivir a seis meses de escuelas cerradas, pero el colectivo de maestros está en lo alto de los servidores públicos que lo han dado todo, y con una sonrisa.

El movimiento 'Tornem a les escoles' ponía de manifiesto el mes de junio la preocupación por la vuelta a clase en septiembre, para reivindicar el derecho a la educación y a la escuela como espacio vital de socialización, especialmente para las familias más vulnerables. La pandemia ha hecho distinciones entre territorios y entre clases sociales, ya lo creo. En septiembre pudieron volver, sí, y las medidas de reorganización y protección han funcionado. Grupos confinados aquí y allá cuando ha sido necesario, pero escuelas abiertas y esfuerzos para mitigar los efectos de las mascarillas y la distancia.

Esta semana he podido vivir cómo hemos hecho de la necesidad virtud. Una conexión multiescuelas para celebrar el Día de San Ignacio en las escuelas de los jesuitas nos permitió conversar en la distancia física, pero en la proximidad de las pantallas sobre las bondades de las Humanidades para los alumnos de bachillerato. ¿Y todavía las cuestionamos?