La implosión de la derecha

Fotos rotas

Arrimadas no tiene futuro, y a Casado le queda resistir frente a la ultraderecha y hacerse el euromoderado o acabar en sus brazos

Casado y Arrimadas no se saludan

Casado y Arrimadas no se saludan

Javier Aroca

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Hasta entonces, la entente entre los partidos de la foto de Colón había funcionado. Tanto como para arrebatarle al PSOE el gobierno de ciudades y Comunidades Autónomas en las que había ganado, como para dar en el Parlamento una ligera impresión de unidad. Todo hasta que comenzó la debacle.

Un hito iba a marcar el devenir de una derecha, autodenominaba centroderecha pero con una alianza sin discusión y vergonzante con la extrema derecha necesaria. La estabilidad de sus liderazgos después del alejamiento del poder del Gobierno central iba a depender de ello: las elecciones catalanas. Así fue, el desmoronamiento comenzaba ahí y con él, la puesta en cuestión de sus líderes. De los retratados, PP y Ciudadanos dan tumbos, la extrema derecha acecha paciente cual ave rapaz comiendo el terreno.

De esa trampa ha pretendido huir Inés Arrimadas; el episodio de Murcia y sus derivadas en Madrid, Castilla-León y el dontancredismo de Andalucía, han empero acabado de minar su liderazgo hasta el punto, tras el anunciado ridículo murciano, de abrirle la puerta a su retirada. Y a punto, ya veremos, ha estado también de arrastrar a Pablo Casado, burlado no solo en Madrid sino sin influencia en Galicia y Andalucía.

Opa hostil

Arrimadas no tiene futuro porque Cs ya no existe, ni su proyecto bisagra fundado en la regeneración y lucha contra la corrupción. Los hechos y el ejemplo de sus dirigentes niegan la viabilidad de Cs cada día.

Sin Cs, víctima lenta pero firme de la opa hostil del PP, a Casado le queda resistir frente a la ultraderecha y hacerse euromoderado o acabar en sus brazos. Sin embargo, si se confirma en el poder Isabel Díaz Ayuso, no habrá un Casado hacia la moderación sino una Ayuso en ósmosis con Vox al que ha abierto las puertas de su gobierno. No tardarán otros.

El proceso es lo de menos, tamayazos, sobornos, sillones, transfuguismo, torpezas... El resultado es la descomposición: de Cs, hasta su desaparición, del PP, en su radicalidad. De aquellos polvos solo quedan una foto rota y algunos rosarios de camino.