Igualdad

8-M: Se trata de rendir cuentas

Propongo que en el 2022 gobiernos, empresas y medios de comunicación tengan que salir a la palestra a demostrar qué acciones han llevado a cabo y con qué resultados

Manifestación del 8-M en el Passeig de Gràcia.

Manifestación del 8-M en el Passeig de Gràcia. / Ferran Nadeu

Sílvia Cóppulo

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Hoy les voy a proponer un salto para el próximo 8M. ¿Dónde estamos ahora? El concepto 'feminismo', a raíz del movimiento 'Me too' y de la gran manifestación de 2018, ha ido perdiendo la connotación negativa que tenía para muchos, y suma en positivo suavecito. Hasta los gobiernos se inventan áreas que supuestamente se ocupan del tema. Pero cuando llega el 8 de marzo y analizamos acciones y datos, se demuestra que hay demasiado de fachada, puro maquillaje, golpecito en la espalda y chicas, ¡qué buenas sois! 

En el 8M, las mujeres somos mayoría en todos los actos públicos, o sea la jornada de la excepción. El día en que sonreímos hablando de lo mucho y bien que las mujeres aportan a empresas, familias y al mundo en general. El día en que lamentamos la brecha salarial, que ellas lleven a cabo los trabajos peor remunerados, que tan escasamente ocupen órganos de dirección y que realicen dos veces y media más tareas domésticas que los hombres.

Y aunque, como concluimos en una investigación en la BSM-UPF, las mujeres lideran mejor las empresas en época de crisis, el teletrabajo sin conciliación familiar provoca una pérdida de oportunidades para las mujeres. El FMI afina: 'solo' faltan 257 años para lograr la igualdad. Es un escándalo, y lo escandaloso es que nos hemos acostumbrado al escándalo.

La pandemia ha agravado las desigualdades. Lo dijo la filósofa y feminista Simone de Beauvoir: "Bastará una crisis política, económica o religiosa para que los derechos de las mujeres se cuestionen. Estos derechos nunca son adquiridos. Deberéis permanecer alerta durante toda vuestra vida”.

Así que, propongo que el 8M de 2022 sea el día en que gobiernos, empresas, medios de comunicación, etc. tengan que salir a la palestra a demostrar qué acciones han llevado a cabo y con qué resultados. Que se les inquiera. Que se les aplauda o lo contrario. Que salgan en los titulares. Que den la cara.

Ojalá que el 8M del año que viene sea menos de 'happy flowers' y, sin dejar la reivindicación, vivamos el aplauso o la vergüenza en la rendición de cuentas.