Los presos del 'procés'

¿Indultos incondicionados?

Hay otra prisión, social y sentimental: la del desafecto de centenares de miles de catalanes por el daño causado a Catalunya, de la que podrán salir si los implicados reconocen sus errores y renuncian a cualquier decisión unilateral

Salida de los presos del 'Procés'

Salida de los presos del 'Procés' / MIREIA ARSO/REGIO7

Carlos Cuatrecasas

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Desde hace ya mucho tiempo se insiste desde diferentes ámbitos en la necesidad de conceder el indulto a los presos del 'procés'. Se argumenta que hay que poner fin a la represión del Estado, que las sentencias fueron injustas y respondían a la venganza estatal frente a las tesis independentistas, que se condenaron ideas y no hechos y que convenía abrir un nuevo espacio de dialogo entre Catalunya y el Estado. Lo incontestable es que los políticos catalanes separatistas están en prisión por haber vulnerado las leyes, y no por su ideología.

Dejando de lado estas penas de prisión que pertenecen a la esfera jurídico-penal y los indultos a la política, y cuyo recorrido no es tan fácil por las reiteradas manifestaciones de los beneficiarios del indulto de que “lo volveríamos a hacer”, hay otra prisión y otro indulto de carácter social y sentimental.

Se trata de la prisión del desafecto y el resentimiento en la que están encerrados estos políticos por centenares de miles de catalanes ofendidos por el desprecio con el que han sido tratados por el separatismo y dolidos por el inmenso daño causado a Catalunya. Fuga de más de 5.000 empresas, pérdida de la Agencia del Medicamento, deslocalización domiciliaria de nuestras grandes entidades financieras Caixabank y Banco Sabadell, inseguridad jurídica y política que frena inversiones y turismo y provoca pérdidas de empleo y decadencia, actitudes que rozan el ridículo y erosionan la imagen de seriedad política de Catalunya, desgobierno de la Generalitat, que en el caso de continuar dificultará la aplicación adecuada de los Fondos Europeos, desprestigio de nuestras instituciones….

La fractura social es honda y la herida de difícil cicatrización. Solo contemplo un camino para el indulto y salida de los políticos del 'procés' de esta prisión de desafectos. No se trata ni de su rendición política ni de abjurar de sus ideas independentistas, sino del reconocimiento de sus errores y daños cometidos, como ha hecho ya alguno de ellos y el compromiso firme de no adoptar decisiones unilaterales que vulneren las leyes y de no incurrir en acciones insensatas y lesivas para sus conciudadanos.

De no ser así, sea cual sea el grado de generosidad y olvido de gran parte de Catalunya, ganen o pierdan las elecciones los partidos separatistas, costará restablecer el viejo espíritu catalán de pactos políticos, recuperar la cohesión social y pasar página. La fractura seguirá abierta y la herida sin cicatrizar, y, por lo tanto, la situación seguirá siendo tan mala como hasta ahora, o quizá, lamentablemente peor.

Los catalanes que defendemos la Constitución, el Régimen del 78 y la construcción del futuro con los demás pueblos de España, deseamos la reconciliación política que permita consensuar un proyecto nacional de emergencia, como pide Antoni Puigverd, en un brillante artículo, para relanzar Catalunya y Barcelona y sacarlas de su actual postración, pero no a cualquier precio y menos a costa de nuestra sumisión a las imposiciones del 'procés' tan dañinas para nuestro país.