Pros y contras

Las de verdad

No debe existir otro lugar en el mundo en que unos comicios para presidir una entidad privada, como es el Barça, tengan tanto eco

Votación en el Camp Nou en unas elecciones pasadas.

Votación en el Camp Nou en unas elecciones pasadas. / Jordi Cotrina

Josep Maria Fonalleras

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Hay quien piensa que hemos vivido las elecciones más importantes de los últimos años, quien analiza las estrategias para formar gobierno, quien ve movimientos tectónicos para huir del callejón sin salida. Nos equivocamos. Las elecciones de verdad son este domingo. La lástima es que no todos podremos votar y que dejaremos el símbolo máximo de Catalunya en manos de los socios del club que dio nombre a la ciudad, como dijo aquel ilustre pensador. Pero estaremos pendientes hasta el último detalle de las tres candidaturas, de las insinuaciones de fichajes estelares, de la llegada de un maná en forma de patrocinios, de registros judiciales y de la renovación de la espíritu fundacional.

No debe existir otro lugar en el mundo en que unos comicios para presidir una entidad privada tengan tanto eco. Y no deja de ser divertido (¿ameno? ¿frívolo?) comprobar cómo, en estos días tan adversos, esa cosa tan inútil ("la más importante de las cosas que no son importantes") genera tanta expectación. Quiero imaginar que cuando Bill Shankly dijo que el fútbol no es una cuestión de vida o muerte, "sino mucho más que todo eso", estaba pensando en el Liverpool, sí, pero también en el Barça.

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