La crisis del Barça

El coraje de Florentino

El club retuvo a Messi con una ficha que jamás hubiera pagado el presidente del Madrid, que se desprendió de Cristiano pese a sus tres últimas Champions

Bartomeu se hace un selfi con un admirador a su salida de los juzgados

Bartomeu se hace un selfi con un admirador a su salida de los juzgados

Sergi Sol

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El Barça es un club en caída libre en lo deportivo y en lo social. La detención del expresidente Bartomeu por un turbio asunto daña una imagen del club ya en entredicho. Parece como si la pandemia del coronavirus se cebara en el Barça con saña. A la fuerte caída generalizada de ingresos se le añade una gestión terrible que ha hipotecado en lo deportivo al Barça y ha dejado una deuda exorbitante que, según las fuentes más optimistas, se acercaría a los1.000 millones de euros.

Cabe decir que Bartomeu ganó con holgura sus elecciones. Mejor que nunca antes otro candidato. Y lo hizo cuando unos meses antes se le daba por amortizado. Nadie contaba con el triplete de Luis Enrique que mejoró L-por la calidad de los rivales que superó- el de Guardiola. Y Bartomeu ganó sin bajar del autobús, aupado en una Champions ganada pocos días antes ante la Juventus, el 6 de junio de 2015. Fue el canto del cisne de una gran generación de jugadores y, en particular, de Messi. Luego el Madrid de Florentino ganó tres Champions seguidas. ¡Tres!. Mientras el Barça empezaba una lenta pero inexorable decadencia, vapuleado en Europa, donde encadenó paliza tras paliza, apeado con deshonor de la máxima competición deportiva. Humillada la hinchada blaugrana que no daba crédito.

No supo reaccionar Bartomeu. Y se siguió renovando con contratos cada vez más suculentos a sus estrellas que devolvieron la generosidad con un rendimiento deportivo cada vez menor. Luego está lo de Neymar y la borrachera de millones que se lanzaron a la papelera con un rosario interminable de fichajes desastrosos. Lo de Coutinho no tiene nombre. Un total de 165 millones por la borda, más una costosísima ficha. 

Se pagó retener a Messi con una ficha que jamás hubiera pagado Florentino en el Madrid que, por el contrario, no dudó en desprenderse de Cristiano pese a sus tres últimas Champions. El portugués se puso bravo y Florentino, valiente, le abrió la puerta de par en par. Ese coraje de Florentino lo van a necesitar los que tomen el mando. Sin esa determinación, esto no tiene arreglo.