Exaltación de la rabieta

Empanada CUP

En su descenso hacia la política pueril e inútil, de pataleta y postureo, la CUP se ha convertido en un instrumento más de lo que dice combatir

Incendio de la furgoneta de la Guardia Urbana

Incendio de la furgoneta de la Guardia Urbana

Emma Riverola

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El lateral de la furgoneta ardía en llamas y el agente de la Guardia Urbana permanecía en el interior. Los que arrojaron gasolina lo sabían. El vídeo quita la respiración. El aliento solo se recupera cuando el hombre logra abandonar el furgón. La imagen ilustra un tuit de Arran, organización juvenil vinculada a la CUP: “#HastaQueCaigan todos aquellos responsables de nuestro malestar: los que nos dejan sin casa, sin trabajo, nos reprimen y nos quitan toda perspectiva de futuro”.

La CUP ha sido y es el cómplice imprescindible para que Catalunya no tenga un Gobierno de izquierdas. Se enorgulleció de echar a Artur Mas a la papelera de la historia, pero mantuvo al partido de los recortes en el poder. Puro maquillaje. En su descenso hacia la política pueril e inútil, de pataleta y postureo, se ha convertido en un instrumento más de lo que dice combatir. Ahora blanquea el vandalismo. Es cierto, la violencia ha acompañado a grandes cambios históricos, no somos ingenuos. Pero dejémonos de empanadas ideológicas, la de Barcelona estos días es algo peor que inútil. Solo ahonda en la crisis económica y en el desánimo general. La exaltación de la rabieta.

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