Opinión | Editorial

El Periódico

Violencia, malestar social y dudosas excusas

Analizar las causas de los disturbios tras la detención de Pablo Hasél no significa que no deba censurarse que una reivindicación, cualquiera, se conduzca en condiciones de violencia

BARCELONA 17 02 2021  Politica   Manifestacion contra el encarcelamiento de Pablo Hasel         FOTO de ELISENDA PONS

BARCELONA 17 02 2021 Politica Manifestacion contra el encarcelamiento de Pablo Hasel FOTO de ELISENDA PONS / ELISENDA PONS

Los disturbios callejeros de estas últimas noches han de ser comprendidos y analizados considerando sus causas profundas. Pero eso no significa que no deba censurarse que una reivindicación, cualquiera, se conduzca en condiciones de violencia. La encarcelación de Pablo Hasél ha sido el detonante de estas acciones, y la sociedad y los poderes públicos han de reflexionar sobre la vigencia de la libertad de expresión, sea cual sea la consideración que reciban las opiniones manifestadas -en el caso de Hasél, merecedoras de más de una descalificación-. De los partidos políticos se debería esperar más celeridad en las modificaciones necesarias del Código Penal y menos al lanzarse a utilizar las protestas en favor de sus respectivas agendas partidistas o aún peor, al auspiciar o disculpar hechos del todo censurables, que supuestamente en defensa de una libertad cuestionan otras, como cuando concentraciones en defensa de la libertad de opinión destilan tanta agresividad contra los medios de comunicación

Los disturbios, esta «violencia extrema y gratuita», según la policía (que también ha de revisar sus protocolos de actuación), pueden ser también, más allá del 'caso Hasél', un síntoma del malestar social que anida en las jóvenes generaciones. Es un aviso para navegantes en una sociedad que vive momentos críticos, de los que solo vamos a salir con criterios democráticos y de equidad económica que conjuren el fantasma de la violencia que estos días ha emergido.