Las reacciones de Junts
Por su twitter los conoceréis
Borràs no parece querer, de corazón, constituir un Govern independentista si no es ella la presidenta
La victoria republicana cayó como un mazazo en el cuartel electoral de Junts donde se las prometían muy felices, seguros de rentabilizar (entre otros) el cabreo de la restauración ante el cierre gubernativo. Los de Puigdemont no dudaron en sacar tajada de las medidas impopulares decretadas por el Govern. Hábilmente jugaron la partida. Eran Govern y a la vez ejercían de oposición seguros de cargar el mochuelo a Aragonès.
Desde otoño sabían que la gestión de la crisis estaba haciendo mella en las expectativas de los republicanos. Y decidieron meter el dedo en la llaga. A la par que gobernaban, zumbaban al Govern del vicepresident Aragonès. La pulla se añadía a la incesante campaña de acoso contra los republicanos en las redes sociales. No iba de DUI ni por asomo. El 14-F iba de "plebiscito entre Junts y ERC" según contó tajante la candidata Borràs en 'El Punt-Avui', como colofón a la campaña. Borràs, además, no se corto a lo largo de la campaña, dejando en entredicho su apoyo a Aragonès.
La dolorosa derrota en el "plebiscito" la dejó atónita. El efecto Junqueras le pasó por encima. Cuentan sus allegados como le cambió el semblante. "Pobre Laura, está desencajada". En Twitter (su hábitat) arrasaba. Todos la adoraban y la jaleaban. ¿Cómo podía ser? Pasadas 48 horas aún le escocía tanto que no pudo evitar suscribir el siguiente comentario: "Si yo fuera Laura Borràs les dejaría solos (ERC). Me quedaría en la oposición tan tranquila y que se arreglen como puedan. ¿no van tan sobrados? Pues ala, todo tuyo". Más claro, agua. Otro que no se cortó es Joan Canadell que ni corto ni perezoso bendecía el siguiente comentario: "Oh! Orgásmico. Bajar a votar y encontrarte a pie de casa a Jessica Albiach y decirle a la cara fascista. Visca Catalunya independent, dictadores, fuera fascistas. Oh! Oh! Que placer!!!!! Que día". Así se antoja difícil no ya la Via Ampla de Aragonès sino cualquier consenso. Albiach se preguntará con razón cómo se va a sentar en un Ejecutivo con un tipo que le dedica esas lindezas. Romeva fue de los primeros que se puso las manos a la cabeza, llamó a Albiach y le expresó su desazón.
La actitud que evidencian con su híperactividad en las redes los mandamases de Junts contrasta con sus decorosas llamadas a la unidad. Pero sobre todo evidencia que Aragonès no lo va a tener fácil para ser ungido. Ni Albiach parece dispuesta a emanciparse de la tutela del PSC, ni Borràs parece querer, de corazón, constituir un Govern independentista si no es ella la presidenta.
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