Apunte

Hará falta paciencia

Koeman y Pochettino discuten con el juez de línea del Barça-PSG.

Koeman y Pochettino discuten con el juez de línea del Barça-PSG. / AFP / LLUIS GENÉ

Albert Guasch

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El día antes de la masacre de Lisboa Arturo Vidal dijo aquello de que el Bayern se enfrentaba «al mejor equipo del mundo»; antes de la claudicación ante Mbappé, Koeman aseguró que miraba a su alrededor y no veía por ahora «equipos mejores que el Barcelona». Fueron comprensibles mensajes para estimular a la parroquia antes de la batalla, velos para tapar las inseguridades. Hoy no hacen más que provocar, al recordarlos, una mueca torcida y amarga.

La debacle europea de cada año, siempre tan puntual y descarnada, llegó esta temporada antes de lo acostumbrado. Suele suceder más adelante, en general con alternativas de redención. No es el caso, salvo si se mira la Copa con los ojos de Arturo Vidal. Caer en octavos abre ante sí una eternidad de semanas de partidos con alicientes menores. Comprobar cómo evoluciona la transformación del equipo, ese camino a medias del que habló Koeman, y poco más. Se intuye que es un panorama escasamente motivador para Leo Messi. Es muy posible que su reflexión a fondo sobre su futuro empiece de verdad ahora.

Messi, al igual que Ter Stegen y Piqué, sale en las fotos de los seis estropicios europeos. Eso, aparte de doler, debe pesar en la balanza de la decisión. Se hablará sin duda a fondo de ello, y más con el trasfondo de las elecciones a la presidencia. Y, cuesta de decir, pero esa no es una cuestión tan fundamental. La crisis deportiva es profunda, va más allá de Messi, y hará falta mucha paciencia. Se vislumbra por delante un desierto rojizo como la superficie de Marte que será invadida estos días

Todos los candidatos proclaman que se ven capaces de revertir la situación y cuesta no ser escéptico a no ser que hablen a largo plazo. Europa le viene grande a este Barça sin fondos para reestructurar la plantilla, y el que más lo sabe es Koeman, quien antes de viajar a Barcelona para firmar su contrato dijo eso de que «voy camino de lo que siempre he querido». Como se sabe, hay amores que duelen.