ANÁLISIS

Piqué no es el Cid

Piqué, en el penúltimo entrenamiento del Barça antes de recibir al Paris SG en el Camp Nou.

Piqué, en el penúltimo entrenamiento del Barça antes de recibir al Paris SG en el Camp Nou. / FCBARCELONA

Sònia Gelmà

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Ni siquiera el Cid fue el Cid, no al menos como lo cuenta la leyenda. Pero aún lo es menos Piqué, que no tiene ante sí una batalla decisiva por un título sino un partido de ida de una eliminatoria de octavos. Su rodilla vale mucho más que eso.

Si me preguntan, les diría que quiero que juegue Piqué, y también Araujo, por supuesto. Y por querer, querría que el actual Umtiti fuera aquel futbolista previo al Mundial de Rusia-2018. Las bajas en defensa pueden suponer la tentación de aferrarse al capitán. Pero la razón indica que no vale la pena arriesgar la salud de un Piqué mermado tras tres meses de inactividad y que tampoco garantiza el cero en la portería. 

Se encuentra bien y su recuperación ha ido mejor de lo que incluso los médicos podían esperar. Pero más allá de su voluntad, su pasión no debería nublar el juicio de su entrenador

Piqué se encuentra bien, su recuperación ha ido mejor de lo que incluso los médicos podían esperar y presentarse para jugar forma parte de su atrevimiento natural. Se ve capaz de competir. Porque Piqué vive para los partidos grandes, y cómo no se va a motivar ante esta eliminatoria. Pero más allá de su voluntad, su pasión no debería nublar el juicio de su entrenador. Sabemos lo que dirá el jugador y, por eso, la decisión no debería ser suya.

Pese a lo que pueda parecer, el Barça no se está jugando la temporada. Si elimina al PSG, pasaría a la ronda de cuartos, aún con otros rivales potentes por delante. El Barça no se juega la temporada porque esta temporada hace ya tiempo que no va de títulos. No puede ir de lograr éxitos cuando le resulta difícil aspirar a ellos. Va de hacer un buen papel, de crecer, de atisbar un futuro esperanzador y si de paso se convence a Messi de que se quede, la podremos dar por buena.

Si Piqué arrastra en su locura a su entrenador, solo quedará rezar por esa rodilla recién curada. Lo único por lo que les compro el argumento de que pudiera ser necesario "el cid Piqué" son los precedentes con el PSG, un equipo que se ha visto afectado por la mitología azulgrana. Se congeló en su día con la entrada de un Messi lesionado a una eliminatoria que tenía ganada, y años después asistió atónito a un ambiente de remontada mientras le caían media docena de goles.