...y compañeros de partido

La prensa internacional destaca la victoria de los "separatistas catalanes" a partir de una constatación clara: se elige un Parlament y el resultado se valora a partir de los escaños que cada formación ha conseguido. Después, los diputados votarán a un presidente. De esta perspectiva, el aumento de la representación independentista es nítido. Cuatro diputados más, con un porcentaje de voto que supera en un punto el 50%. Razones más que suficientes para celebrar, desde la óptica ‘indy’, un triunfo electoral indiscutible.

Hay que repetir, sin embargo, que el sistema es parlamentario, para bien y para mal. Y que una cosa son las declaraciones contundentes de un domingo por la noche y otra, bien distinta, son las negociaciones del día después. La presencia de un PSC más sólido (en lugar de unos Ciutadans volatilizados) cambia la dinámica y abre unas nuevas expectativas, más allá de la repetición de una coalición que parece que ha disfrutado más del fuego amigo que de la franca colaboración ideológica. Resuena aquella mítica frase de Andreotti: "En política, hay amigos íntimos, amigos, conocidos, adversarios, enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido".