ANÁLISIS

...poco gana Tom Brady

Tom Brady lidera la conquista de la Superbowl por los Tampa Bay Buccaneers.

Tom Brady lidera la conquista de la Superbowl por los Tampa Bay Buccaneers. / EFE-REUTERS

Emilio Pérez de Rozas

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¿Cuánto hubiesen pagado los Bucaneros de Tampa por ganar la Super Bowl de este año, cosa que no conseguían desde el 2002? ¿Cuánto le hubiesen pagado a Tom Brady, a Rob Gronkowski, a quien Brady convenció para que volviera del retiro y le acompañase en la aventura de Tampa, y a Leonard Fournette para que se uniera a ellos y se acercase a la ciudad de Florida y les hiciesen soñar lo imposible? ¿Cuánto? Cierto, millones, cientos de millones de dólares, ¿a que sí? Pues no, no se gastaron cientos de millones y, sin embargo, acaban de ganar, a lo grande, a lo bestia, la Super Bowl frente a los mejores, ante el campeón, contra el niño bonito de todo USA, Patrick Mahomes, que ya era el invencible. Y de paliza.

Y ahí está Brady, pagando 75.000 dólares al mes (nada que ver con lo que paga Ibai Llanos por su nuevo ‘casoplón’, donde no se sabe cuántos viven) por la casa que el antiguo, mítico e icónico ‘short stop’ de los Yankees de Nueva York, Derek Jeter, le ha alquilado a su amiguete. Y eso que los Bucaneros ‘solo’ le pagan 25 millones de dólares al año al veterano ‘quarterback´, que les ha devuelto al cielo, a la gloria, a las primeras páginas de Estados Unidos y, por supuesto, convertidos, como dice Gisele Bündchen, la esposa del ganador de los ganadores, “en triunfadores para toda la vida”.

Hablemos de millones, sí

Nadie habla de que el milmillonario británico David Geffen, productor y creador de DreamWorks, vivió la cuarentena del Covid-19 (o huyó del virus), fardando de estar paseando por el Caribe, más concretamente por las Granadinas, en su superyate ‘Rising Sun’, de 454 pies y 590 millones de dólares. O que Jeff Bezos, antes de echarse a un lado (o eso dicen), ganó en un día 13.000 millones de dólares en un subidón de las acciones de Amazon en bolsa. O que las diez personas más ricas del mundo (algunas de las cuales pasan por ser de las más caritativas, dicen) acumularon 540.000 millones de dólares en el primer año de pandemia.

Sí, sí, quiero llegar al contrato de Leo Messi, claro, que no es, como todo el mundo sabe menos al que se lo filtraron, lo que arruinó al Barça, porque el Barça no está (aún) arruinado. Y quiero llegar a él porque Mercedes acaba de anunciar que ha renovado al británico Lewis Hamilton (cierto, que se juega la vida) por 45,4 millones de euros por una temporada, esta.

La fábrica, el equipo

Y Hamilton trabaja 20 fines de semana al año. Y Hamilton gana con un coche, que el día que Lewis tuvo Covid-19 se lo prestaron, en Barain, a un chico de 22 años, George Russell, que ha corrido solo 25 grandes premios, y les metió una paliza a todos, ¡a todos! Es decir, que mientras Messi hace ganar a su equipo, es la fábrica y el equipo de Hamilton quien hace ganar a Lewis, pues cualquiera de sus otros 15 compañeros de parrilla ganarían con su monoplaza.

Es una barbaridad lo que gana Messi, cierto, no lo defiendo. Y menos que, exigiendo ese contrato, diga que no juega por dinero. Pero Messi es el mejor cliente de Hacienda. Messi es el dueño del fútbol. Messi tiene el móvil de Dios. Messi sale al campo y todo se ilumina. Messi mete el gol por la escuadra ante el Athletic y, al minuto de salir ante el Granada, marca y los culés, desde el sofá de su casa, aburridos, desencantados, desolados como estaban, le bajan el cielo a cachitos (si lo pide en el contrato).

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