Conocidos y saludados

Caja y serie B

Devaluado el precio que Luis Bárcenas estaba dispuesto a pagar, el PP entra en bancarrota

Luis Bárcenas

Luis Bárcenas / periodico

Josep Cuní

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A Andreu Martín no le gusta que se diga que la realidad siempre supera a la ficción. Es más, le duele. Cree, por conocimiento de causa, que la tan manida frase reduce la capacidad creativa de los escritores siempre dispuestos a darle otra vuelta de tuerca a la trama para escapar de los convencionalismos y la sagacidad deductiva de los lectores. O espectadores. Y como gran maestro de la novela negra que es y sintiéndose obligado a demostrarlo una y otra vez, lo ejecuta con destreza y precisión para desmentir el tópico.

Claro que cuando el protagonismo real recae en ambientes y personajes de la política española, las cosas pueden ser menos sofisticadas. O tan simples como para recuperar los límites del cociente intelectual medio disimulado por un sentimiento de impunidad que eleva falsamente a los truhanes a un estado de prepotencia. Piensan, como suelen, que a listos no les gana nadie. Y esto es lo que vivió el PP hasta esta semana.

Un gran terremoto

Cinco días antes de sentarse de nuevo en el banquillo de los acusados, Luis Francisco Bárcenas Gutiérrez (Huelva, 22 de agosto de 1956) entregó a la Fiscalía Anticorrupción un escrito en el que reconoce que la formación conservadora tenía una caja B desde 1982. Ampliaba y detallaba lo que ya había confesado él mismo el 15 de julio de 2013. Una contabilidad alternativa cuya documentación el extesorero le había mostrado a Mariano Rajoy cuatro años antes. Exactamente el mismo 2009 que Bárcenas abandonó el cargo, aunque seguiría como senador unos meses más. Había estallado el caso Gürtel y a raíz de la amplísima investigación de lo que fue un gran terremoto, sus réplicas dejaron en el aire unas cuantas grietas que se convirtieron en otras tantas piezas separadas. Una de ellas le llevará el próximo lunes ante la misma justicia que ya le condenó a 29 años de cárcel por la causa madre.

Lo que ha llamado la atención es que, según el ahora voluntario colaborador judicial, cuando Rajoy tuvo el documento comprometedor en sus manos lo pasó inmediatamente por la máquina trituradora creyendo que así desaparecía la prueba del delito. Cualquier guionista novato advertiría que el protagonista se habría quedado una copia. Y así fue. Añade el delator que existen dosieres comprometedores y grabaciones de conversaciones en las que consta que era habitual que las aportaciones fueran en agradecimiento a los servicios prestados en forma de adjudicaciones de contratos. Y que ante el riesgo de contarlo, la familia Bárcenas ha estado sometida a fuertes presiones, espionaje y robos domiciliarios. Algunos de estos episodios ya fueron narrados siguiendo la estela de lo que la escuela del excomisario Villarejo enseñó al estilo de película española de serie B.

"Luis, sé fuerte"

Que el gerente y tesorero haya roto su silencio es porque su lealtad a las filas que lo encumbraron no ha sido compensada. Y que aquella famosa exhortación que le mandó Mariano Rajoy en formato whatsapp  –“Luis, sé fuerte” – no ha tenido su consecuencia. Él creyó que callando para preservar la reputación del partido, Rosalía Iglesias, su esposa, evitaría las rejas. Pero allí está desde las 17 .15 horas del domingo 8 de noviembre pasado, condenada a 13 años por otra rama caída.

Y así es como, devaluado el precio que Luis Bárcenas estaba dispuesto a pagar, el PP entra en bancarrota.

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