Pros y contras

Juego de espejos

Carnaval 2021

Carnaval 2021 / EFE

Josep Maria Fonalleras

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Un buen amigo me comenta un hecho que vamos a vivir dentro de pocos días. El punto de partida será la anulación del Carnaval. Será el inicio de un circuito del año siniestro en el que volveremos a vivir situaciones similares a las vividas desde marzo de 2020. El Carnaval fue la última fiesta compartida (rúas todavía entusiastas) y ahora vendrán otra vez las Fallas que no serán, ni la Semana Santa, ni Sant Jordi. Ni... Entonces, tuvimos que improvisar, nos tuvimos que adaptar a unas nuevas reglas, pensamos que había un horizonte donde aferrarse. "Bueno, de acuerdo, ahora no podemos, pero cuando podamos...". Era la esperanza codiciada, la piedra filosofal que permitía convertir el gris carbón de los días en el oro de la alquimia de la felicidad perdida.

Ahora entramos en un laberinto del que conocemos los rincones y las trampas (las invenciones que creamos para diluir la soledad, los instantes que robamos a la reclusión), un laberinto que se nos presenta como un juego de espejos de lo que ya hemos recorrido, sin una salida cercana. Un regreso a lo que ahora ya sabemos cómo funciona y que se nos aparece no con la niebla entonces, sino con la nitidez de las pesadillas.