Ágora electoral

Corregir la precariedad social para salir rápido y bien de la crisis sanitaria

Los partidos políticos tienen la responsabilidad de reconstruir un marco institucional que dé plenas capacidades para desarrollar el autogobierno de Catalunya con más recursos y más gasto social

El paro sufre su mayor repunte anual desde 2009

El paro sufre su mayor repunte anual desde 2009. En la foto, la Oficina de Treball de la Generalitat en la calle de Sepúlveda de Barcelona, el 5 de enero del 2021. /

Javier Pacheco

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Afrontamos unas elecciones al Parlament llenas de incertidumbres, empezando por los efectos que tendrá en la participación el vodevil de las últimas semanas en relación a la convocatoria del 14-F. Hay tantas líneas rojas a superar, si se quieren articular mayorías, que hoy en día es difícil averiguar la orientación del próximo Govern de la Generalitat.

Venimos de unos años complejas para el autogobierno de Catalunya, para el desarrollo económico y para la cohesión social. Además, la economía no corrige las desigualdades sociales, hace crecer la precariedad y aumenta la vulnerabilidad social. Un 24% de la sociedad catalana está por debajo del umbral de la pobreza.

Los partidos políticos tienen la responsabilidad de reconstruir un marco institucional que dé plenas capacidades para desarrollar el autogobierno de Catalunya con más recursos y más gasto social. La salud, la educación, los servicios sociales, la protección social, la dependencia, necesitan una fuerte inversión en las administraciones públicas para dar respuesta a la ciudadanía, que ha tomado conciencia durante la pandemia de cuáles son las verdaderas necesidades para vivir con dignidad . Para tener los recursos necesarios, es urgente afrontar una reforma del sistema fiscal de nuestro país, que incremente la capacidad de recaudación de forma similar a los países de nuestro entorno. Los Estados de la UE ingresan, de media, un 6% más que nosotros, lo que representan unos 12.500 millones de euros. Luchar contra el fraude fiscal e incrementar los impuestos a quien más gana y más tiene son dos medidas urgentes.

La Catalunya social que queremos no se entiende si no es con trabajo digno, con salarios dignos, con más y mejor empleo. La salida de la crisis debe conllevar un cambio de modelo productivo y económico y una reformulación del mercado de trabajo.

Los fondos de reconstrucción europeos son una oportunidad que no podemos dejar pasar. Es imprescindible que los próximos meses y años articulemos una red de concertación y coordinación, sectorial y territorial, donde la participación estructurada de las diferentes administraciones y la concertación social entre patronales y sindicatos desarrollen los proyectos estratégicos que deben multiplicar las capacidades de digitalización de un país que tiene la mejor red de conexión digital de Europa y ponerse al frente de la lucha contra el cambio climático con una apuesta firme y decidida de transformación del sector energético. Este país, con fuentes de generación envidiables, puede romper los oligopolios energéticos con una buena inversión en energías renovables.

Tenemos el deber moral de fortalecer el sistema de dependencia y resolver las carencias del sistema de cuidados a las personas mayores que se ha mostrado letal en la pandemia. Los trabajos de cuidados deben ganar valor social y mejores salarios. Solo la gestión directa pública puede garantizar el desarrollo pleno de estos sectores.

Es capital devolver los equilibrios en las relaciones de trabajo para corregir la precariedad laboral y la inestabilidad contractual invadida por la temporalidad, la rotación y la parcialidad no querida. Por ello es imprescindible derogar las reformas laborales. Para afrontar los nuevos retos, son necesarios cambios. Hay que formar a los miles de personas que tendrán que cambiar de puesto de trabajo. Se debe mejorar la productividad de nuestra economía, con nuevos sectores emergentes de mayor valor añadido que se integren en los marcos de la digitalización y de la economía circular. Es imprescindible invertir en la seguridad y la salud de la clase trabajadora porque a pesar de la ralentización de la economía sube la siniestralidad. Queremos democratizar las empresas con más participación de las trabajadoras y los trabajadores, aprovechando su conocimiento y los datos compartidos, haciendo de la inteligencia artificial un instrumento para abrir nuevos roles de relaciones entre empresarios y trabajadores y repartir los beneficios y la responsabilidad de una manera más equilibrada. La política tiene que afrontar el futuro del trabajo mediante el diálogo social, la concertación, los acuerdos estratégicos, los consensos.

Hay que iniciar una nueva etapa para Catalunya que aproveche todo el potencial de una sociedad preparada para un futuro mejor y más justo.